Ingresa en prisión el varón que asestó tres puñaladas a otro y lo dejó tirado en el Hospital

L.F.M., el autor confeso de asestar tres puñaladas en la espalda a Pitter—un hombre de 38 años y de origen peruano— en un bar de Garrido el día de Navidad, ha ingresado en prisión provisional en el centro penitenciario de Topas tras ser puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número Uno de Salamanca, en funciones de guardia.

Tal y como ha publicado LA GACETA el hombre—de 30 años y también de nacionalidad peruana— se entregó en la tarde del viernes, 3 de enero, a las autoridades asesorado por su abogado y sabedor de que estaba siendo buscado por la Policía Nacional, de hecho se había dictado orden de búsqueda respecto a él y por las redes sociales circulaba una imagen de su rostro.

Según ha podido saber este diario por fuentes próximas al caso en su declaración en el Juzgado, L.F.M. ha reconocido los hechos, aunque ha confesado estar bajo los efectos del alcohol y las drogas en el momento de los hechos, que tal y como ha venido informando este medio, tuvieron lugar en la madrugada del miércoles, 25 de diciembre, en un bar del barrio de Garrido. Posteriormente Pitter apareció en el Hospital de Salamanca con tres puñaladas en la espalda.

Este estuvo comiendo y bebiendo en el establecimiento, pagando lo que iba consumiendo a un compatriota, pareja de la propietaria del local. En un momento dado, estos dos últimos, comenzaron a discutir porque no le entregaba todo el dinero, comenta una allegada a Pitter. Fue entonces cuando de repente salió el varón con un cuchillo de cocina y se lanzó contra Pitter. «Le metió tres cuchilladas en la columna y una en el brazo», señala su madre: «Ha venido a por mi hijo, estaba predestinado a acuchillarlo... luego llamó a un taxi y dejó a mi hijo tirado en el Hospital como un perro. Eso no se hace, es tratarle como a un animal».

El afectado permanece desde entonces ingresado en el Hospital. Este tiene una lesión en la médula espinal, no puede mover una pierna y apenas tiene sensibilidad en la otra. Es posible que sea trasladado al Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, pero hay que esperar a que tenga plaza. Su situación es trágica. «Hay una pierna que sí trato de moverla, pero la otra la tengo inmovilizada ya que una de las puñaladas de la columna me ha llegado a la médula», lamenta el afectado.

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