La cara más triste de la Navidad: «Le metió cuatro cuchilladas a mi hijo, tres en la columna, y luego le dejó tirado como un perro en el Hospital»

«Se busca peruano en Salamanca, causante de un grave delito. Tener cuidado compatriotas. Cualquier cosa dar aviso a la Policía 091». Con este mensaje y con la fotografía del individuo en cuestión, familiares y allegados al hombre apuñalado durante la madrugada del día de Navidad, tratan de dar con su paradero. Lo mueven por las redes sociales para encontrarlo y que sea al fin detenido. Desesperados ante la gravedad de la situación, aseguran que saben de sobra quién es pero la Policía no consigue localizarlo porque cambia una y otra vez de piso en busca de refugio, aseguran.

«Lo dejaron tirado en el Hospital como un perro y eso no se hace... mi hijo dice que se quiere morir». Cansada, enfadada y triste muy triste, todo lo triste que puede estar una madre apenas 48 horas después de saber que su hijo probablemente no vuelva a caminar ha querido hablar con LA GACETA para expresar su impotencia porque el autor de las puñaladas que han dejado a su hijo en esta gravísima situación permanece libre.

Los hechos tuvieron lugar la madrugada del miércoles, en un bar del barrio de Garrido. Peter, la víctima, estuvo comiendo y bebiendo en el establecimiento, pagando lo que iba consumiendo a un compatriota, pareja de la propietaria del local. En un momento dado, estos dos últimos, comenzaron a discutir porque no le entregaba todo el dinero, comenta una allegada a Peter.

Fue entonces cuando de repente salió el varón con un cuchillo de cocina y se lanzó contra Peter, de 38 años. «Le metió tres cuchilladas en la columna y una en el brazo», señala su madre, Milagros, que añade: «Ha venido a por mi hijo, estaba predestinado a acuchillarlo... luego llamó a un taxi y dejó a mi hijo tirado en el Hospital. Eso no se hace, es tratarle como a un animal», lamenta.

Peter permanece desde entonces ingresado en el Hospital. Su madre le acompaña todo el tiempo que puede. Su situación es trágica, manifiesta, tiene mujer y cinco hijos. Todos ellos se quedaron en Perú, solo la mayor de 18 años vive en España y a su vez tiene una niña que cumplirá este mes dos años, de la que Peter tiene la custodia aunque no sea su padre biológico sino su abuelo.

Por su parte Milagros había viajado desde Perú para pasar estas fiestas con su hijo y se ha encontrado con la otra cara de la Navidad: «Había venido a pasar la Navidad con él y ahora no sé qué vamos a hacer. Mi hijo dice que se quiere morir porque no esperaba una cosa así, pero para algo estamos la familia, ahora es el momento de dar la mano en una situación crítica», dice.

Peter tiene una lesión en la médula espinal, no puede mover una pierna y apenas tiene sensibilidad en la otra. La situación familiar no es buena, no hay más que ver la casa del barrio Garrido en la que residen. Peter trabajaba en la construcción para mantener a su familia, es probable que dada su situación no lo pueda volver a hacer. Sin duda, el lado más triste de unas fechas en las que no todo es felicidad.

• Temas
• Policía Nacional
• Perú
• Sucesos en Salamanca
• Agresiones