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Domingo, 29 de diciembre 2024, 12:58
La desesperación no deja de aumentar. La Familia de Pitter, el ciudadano peruano de 38 años que que resultó con la médula espinal seccionada tras ser apuñalado la madrugada del día de Navidad, están pasando probablemente por los peores días de sus vidas y se preguntan cómo van a subsistir tras lo ocurrido, tras la gratuita agresión que ha dejado a Pitter postrado en una cama y paralítico, por lo que no podrá trabajar, al menos en lo que lo hacía hasta ahora (la construcción) y desde luego por mucho tiempo. Es por ello que, a pesar de desearlo, por el momento su mujer y sus cuatro hijos menores, que residen en Perú, no podrán venir a España.
«¿Quién nos va a mirar?, ¿quién nos va a alimentar? Sí, nosotros quisiéramos que estuvieran aquí, pero después, ¿quién nos va a dar comer?, ¿quién nos va a dar piso? Acá es bien difícil...«, lamenta Milagros, madre de Pitter en una conversación con LA GACETA.
Lo mismo le ocurre a ella, que aunque desde el minuto número uno se ha mostrado firme en que no piensa abandonar a su hijo, vino a Salamanca para pasar estas fiestas con él, pero con intención de regresar pronto, y ahora se encuentra con la peor de las previsiones, los médicos le han dicho que la cosa va para largo y es probable que el próximo destino para su hijo sea el Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo, donde se encuentran a la espera de que quede libre alguna plaza.
«Yo no trabajo, ¿entiendes? Yo quisiera venir acá, pero estoy también sin dinero. Entonces, ¿cómo voy a hacer? Yo puedo buscarme un trabajo, aunque sea lavando platos, lavando pisos. Me alcanzará para mí, para mi vivir y mi habitación, pero ¿cómo podría yo después mantener a mi familia, a mis nietos? No son poquitos, son cinco que están en Perú y mi hijo no va a trabajar, ¿cómo los va a mantener?«, manifiesta Milagros.
Mientras tanto, las investigaciones que lleva a cabo la Policía Nacional continúan adelante. Los agentes tratan principalmente de dar con el paradero del autor de las puñaladas. Los allegados a la familia han difundido a través de grupos de wasap y Facebook la fotografía del que aseguran es el agresor para intentar localizarlo lo antes posibles, convencidos de que se mueve de piso en piso buscando refugio, pero pudiera ser que ya ni siquiera se encuentre en Salamanca.
Una complicada situación aún más trágica porque lo que iba a ser una dulce Navidad se ha convertido en la peor de sus pesadillas.
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