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El choque de vuelta del playoff de ascenso a Segunda Federación se quedó a las puertas de entrar en el 'Libro Guinness de los Récords' por su duración. Las 3 horas y 22 minutos de partido provocadas por la tremenda tormenta primero de lluvia y, finalmente, de granizo colocan al encuentro de ayer disputado en el estadio Helmántico como el segundo más largo de la historia del fútbol, tan solo superado por el choque que el Stockport County vs Doncaster Rovers disputaron en el año 1946. Aquel duró un minuto más que el de ayer entre el Salamanca UDS y el Sant Andreu, con inicio a las 18:00 horas clavadas y final a las 21:22 horas, por la suspensión temporal inicial del primer tiempo de diez minutos y luego durante una hora y 17 en el descanso ante los nulos medios con los que cuenta el club para atajar un imprevisto así (el conjunto albinegro fue incapaz de localizar una triste bomba para achicar el agua en todo ese tiempo).
Alejandro Segalás
El encuentro inglés que logró sostener el récord de duración se disputó el 30 de marzo de hace 77 años. Se trataba de la repetición de un partido de la tercera categoría por la North Cup. Tras un empate a dos en el primer duelo, se jugó el clásico replay que era norma en el fútbol de antaño antes de la aparición de la tanda de penaltis para resolver los encuentros, y ya tras el cual (y después de empatar nuevamente 2-2) se volvió a jugar una prórroga de media hora que no resolvió nada. La decisión, entonces, fue que los dos equipos jugaran hasta que uno de los dos consiguiera anotar, método conocido en las islas británicas como «gol-gana». El caso es que tras alcanzarse los 200 minutos de choque, y ya sin luz en el estadio, se decidió parar y hacer un sorteo para ver dónde se jugaría el tercer, y ya sí definitivo encuentro, en el que Doncaster lograría golear 4-0 a Stockport.
El encuentro al que el choque de ayer en el Helmántico le robó ser el segundo «más largo de la historia» fue el disputado en la extinta North American Soccer League con una duración de 2 horas y 56 minutos y 176 minutos de juego efectivo —siendo considerado el encuentro profesional más extenso—, que disputaron el Rochester Lancers y el Dallas Tornado.
Por cierto, del lapso de tres horas y 22 minutos entre el pitido inicial y el final de Castro Alarcón tan solo una hora, 44 minutos y 55 segundos (104 minutos) fueron de juego real.
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