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Debate de la mesa de porcino de la Lonja de Salamanca.  
Triquiñuelas para comprar terneros y operaciones astronómicas

Triquiñuelas para comprar terneros y operaciones astronómicas

Las causas por las que la Lonja de Salamanca aprobó subidas y solo tres bajadas de precios

Susana Magdaleno

SALAMANCA

Lunes, 23 de septiembre 2024, 18:43

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La Lonja Agropecuaria de Salamanca cerró la sesión de esta semana con repeticiones en cereales y ovino, y locura de precios en vacuno tanto de vida como de carne. Los precios del porcino, también escaso en censo como ocurre con corderos y terneros, apenas sufrieron sobresaltos por la comprensión de compradores y ganaderos para no incidir en una situación de precios históricos que da «vértigo». Subieron o repitieron todas las cotizaciones, salvo las tres del porcino blanco, que bajaron. Ya en la mesa de despiece ibérico, hubo descensos de la presa y de la barriguera.

En la mesa de vacuno de vida fue muy claro el ganadero Raúl del Brío para describir el momento y su postura: «Ahora toca esto, coger berros (...) Dices -en alusión a Antolín Alonso- que hablamos de oídas pero yo veo operaciones astrónomicas, de 40 o 50 céntimos por encima a como lo tenemos». Compartió argumentos Ricardo Escribano, también ganadero, que incidió en que las empresas buscan terneros y en que la Lonja no puede ir detrás del mercado. Advirtió de que este cambio de tendencia, con subidas, no lo ve como algo temporal sino que viene para quedarse: «La carne de ternera se va a convertir en un artículo de lujo. Ya no era asequible para muchos antes pero ahora...», señaló. «No hay terneros y hay que reflejar de una vez la realidad», señalaba el también productor Cándido Rodríguez. Mientras que los compradores, que no pasan sus mejores lonjas, veían «estabilidad», como Roberto Tapia, o reconocían esas «compras estratosféricas», como Antolín Alonso, pero advertían de que, con esos precios, los cebaderos «ya se duelen» y pidió «moderación».

Los compradores defendían que podría tratarse de un momento puntual, y apuntan al saneamiento, y ahí Manuel Pérez, ganadero, rompió cualquier posibilidad de debate al dejar dentro de lo posible que se estén destetando menos terneros pero, matizó, «ahora tienes un ternero y te quieren comprar tres». Y contó que la gente llama, se hacen los confundidos, y preguntan, «ya que estoy, ¿no tendrás terneros? Y de esas -dijo- hay 40.000 triquiñuelas para hacerse con los terneros ».

Bien demostraron conocer la escasez de animales en la mesa de vacuno de carne, que comenzó con un comentario cansino, lo que hay y es lo mismo de la semana pasada. Que venía a ser, no hay apenas animales, sí mucha exportación, y el ganado se paga a lo que nos pidan. Pero se introdujo un nuevo punto en el debate. Fue Antonio García, del sector comprador, quien advirtió de que la Lonja no había seguido en precios el ritmo del mercado y ahora existía un desfase que era necesario corregir. «El añojo ahora vale lo mismo que la ternera». Y, con todos de acuerdo, se empezó a buscar solución para «regularizar» la Lonja sin que la subida -más abultada de lo que debería ser por la semana- no alarmara. «¿Intentamos subir más los machos durante 2 ó 3 semanas?», planteó el propio Antonio.

«Ahora vendes un añojo y una ternera igual -añadió Gabriel Gonzalo- pero tenemos una diferencia de 15 céntimos (euros/kilo) entre macho y hembra», e insistió en que los precios «están bajos». El arreglo lo puso el presidente José Roque con una subida desigual, adrede, entre añojos y terneros.

Si hay problemas de falta de animales en vacuno, también se vive la misma situación en ovino, que tiene también precios históricos. Esta semana los vocales ni cotizaron porque alcanzaron un acuerdo para repetir todo. La Lonja duró escasos minutos y los corderos resisten con precio alto también a finales de septiembre.

En porcino se vivió la misma situación que en el vacuno de carne: los vocales entraron convencidos de que había poco que contar porque ya lo habían vivido -menos matanza que el año pasado por la escasez de ejemplares, pesos más bajos... y mucha demanda-. Sí existió cierto consenso en que el cebo de campo estaba más pesado en ventas. «Nada ha cambiado y esto va a ser discutir céntimos», dijo, en relación al cebo y al cebo de campo, que Isidoro Blázquez prefería dejarlos igual «porque ya han tocado techo».

Por repetir abogó en su comentario Belén González y se llevó luego la «reprimenda» de Celestino Martín Sevillano, quien la invitó a cambiar la cotización alguna semana y ella respondió que no era la única que lo había hecho. A la hora del acuerdo definitivo, no tuvo problema en apoyar la postura propuesta por la mayoría, que era subir 1 céntimo de euro el kilo en el caso del cebo y repetir el cebo de campo. También Emilio Casaseca, a pesar de que reconoció que había «mucha demanda» de este tipo de ganado. Aún así, abogó por ser «cautelosos», dados los precios que ya tienen. Pablo Rodríguez prefería, sin embargo, seguir con la tendencia al alza marcada, «incluida el cebo de campo» y Tomás García introdujo el debate de una subida del precio de reproductoras ibéricas, que finalmente se quedó en nada aunque él había argumentado que «estamos muy lejos de la realidad». Fernando García abogó por, al menos, igualar Salamanca a la Lonja de Extremadura, «no hay razón para que valgan más en Extremadura que aquí».

No hubo ni necesidad de debate para los lechones porque todos coincidieron en que debían seguir con la subida, y sí para el primer precio de los primales. Primero, sobre la diferencia que debía haber entre ibérico y cruzado y, después, sobre la horquilla. El debate fue en arrobas, traducido después por el secretario de mesa, David Pastor, a los euros/kilo que pide la Lonja Salamanca. Y en arrobas propuso Fernando Santos para los ibéricos puros 43, igual que Isidoro Blázquez en su turno pero para los ibéricos. Emilio Casaseca llegó hasta los 45 y Pablo Rodríguez lo que expuso fue que, a estos precios cuesta vender. «Conozco a dos personas que, teniéndolos preparados, a 44 no piensan vender». Al final, acuerdo, en una mesa de porcino ibérico tranquila, de las que hacía tiempo que no se vivían.

También hubo acuerdos en bastantes cotizaciones en cereal, aunque la mesa no empezó bien, con el comentario de los compradores en relación a que lo que era un «más» a principios de semana se había convertido en un «menos» a finales, por las informaciones de existencias de cereales que llegaban y también por lo que iba a llegar por los puertos. «Es un mercado tranquilo y no hay que subir, ni bajar», abogaba Carlos Sánchez. Jaime Jordán de Urríes incidía en que se compraba «mejor que en semanas anteriores». Víctor Rodríguez destacó la presión interior por la cosecha «y por el género que se espera en el puerto en breve», dijo en relación al maíz. En cereal habló de «retención del agricultor», y de demanda escasa por parte de los fabricantes.

Empezaron fuertes en sus comentarios los agricultores, incidiendo en que el precio de Lonja era inferior al real. «Difiero con vuestros comentarios: la semana ha sido muy parecida a la anterior», señaló Ángel Luis Fernández, primer agricultor en intervenir. Y el debate fuerte llegó con el primer precio para el girasol: Herminio Velasco señaló de primeras que «no puede ser que alguien por WhatsApp te diga que te pagan 410 y otros 405 y el alto oleico, 20 más, y esos mismos digan aquí que 390/395», en alusión a compradores. Jaime Jordán de Urriés había apuntado antes a 394 y, a la hora de cotizar, invitó a no hacerlo, e incluso a pasar teléfonos de compradores para que vieran cómo estaba el precio antes de fijar el primero. José Antonio Marcos habló de precios de 415 euros por el alto oleico y de 395/400 por el normal. Entre los compradores, peticiones de hasta 435. Carlos añadió que apenas se había cosechado y está «sin precio». El diputado Santiago Castañeda dio el paso de fijar el precio en 410 y 425 y los vocales lo asumieron sin protestas, sólo el guiño a que se había inclinado por la postura de los agricultores.

Sí ha habido debate por la paja, no tanto en la propia mesa, como fuera, con ganaderos que no entendían la subida de 1 euro/tonelada (hasta los 52). Entre compradores, opción por repetir o por tímidas subidas. Entre los vendedores, de entre 2 y 10 euros/tonelada de incremento. El agricultor Jesús Escudero insistió en lo que dijo hace tiempo: «No hay paja». Y a lo mismo apuntó José Miguel Sánchez: «Hay almacenada y la poca que queda es por logística». «Ya se escuchan cargas de 60 (en alusión a euros/tonelada)», comentó Raúl Del Brío. «Había que haber subido 10 euros ya», defendió Herminio Velasco.

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