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La campaña de patatas llega a su fin, con aproximadamente un 20% de producción en las tierras en Salamanca, y los precios para el agricultor más bajos del año, con en torno a los 0,25 euros el kilo en el caso de variedades tipo agria en esta provincia.
Según los datos del Observatorio de Precios de Castilla y León que realiza la Junta de Castilla y León, en la última semana de referencia, del 30 de septiembre al 6 de octubre, el precio medio pagado por el kilo de patatas en Salamanca fue de 29,25 céntimos el kilo, que es ligeramente inferior al medio de Castilla y León (29,72). La cantidad que recibe en la actualidad el agricultor es la más baja del año, aunque ha sido una campaña en la que los precios llegaron a alcanzar los 53 céntimos el kilo a principios de agosto.
A pesar del descenso, en las tiendas sigue firme y aunque se encuentran ofertas estos días en supermercados, lo habitual es encontrarlas a precios por encima de los 1,20 euros el kilo. Hace un año, la patata de Salamanca se vendía en este momento del año a 34 céntimos el kilo, y era habitual verla expuesta en los comercios a 2 euros el kilo.
Los costes estimados del agricultor, aunque son muy variables, se sitúan entre los 0,13-0,15 euros el kilo por lo que los más optimistas ven que no es un momento de pérdidas y que puede ser este final de campaña una ventaja de cara a la próxima: estiman que los precios altos podrían ser efecto llamada a agricultores desengañados por el maíz y las pocas alternativas de otros cultivo en regadío podrían llevar a un exceso de aumento de producción. Esta campaña se han sembrado en Salamanca 3.322 hectáreas de patata tardía, cuando en 2023 fueron 2.721 después del gran año en precios de 2022, cuando hubo 2.462 hectáreas.
Otros advierten de que el precio sería rentable con una producción alta, pero este año ha sido muy corta y cooperativas como Aranpino han pasado de producciones medias de 60.000 kilos a 45.000 por hectárea. Lo achacan a que las siembras no pudieron realizarse en las condiciones más adecuadas, a las noches de bajas temperaturas que hubo en verano y, unido a lo anterior, a los problemas en sanidad.
Ahora, y según fuentes consultadas, los agricultores aceleran en lo posible un arranque interrumpido en este momento por las lluvias y tienen competencia en la patata procedente de Francia y les falta, a las variedades rojas habituales en la provincia, el alivio de las compras de Portugal, que encuentra opciones a mejor precio.
El último gran año en precios para la patata desde 2015 fue 2022, cuando en octubre el agricultor cobraba 34,40 céntimos de euro por cada kilo debido a la escasa oferta. Entonces, aunque el año comenzó fuerte, lo hizo a 40 céntimos de euro el kilo, 13 por debajo de esta campaña. En la Lonja de León, y a la espera de la cotización de hoy, la variedad agria cotiza a 30 céntimos el kilos, la jaerla a 27 y la kennebec, a 31.
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