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Villa medieval de Sortelha.
Entre robles, truchas y castillos en ‘la Raya’. Excursión de un día desde Salamanca

Entre robles, truchas y castillos en ‘la Raya’. Excursión de un día desde Salamanca

Recorremos una de las zonas más desconocidas de las frontera hispanolusa con recuerdos del Medievo, paisajes de agua y buena gastronomía

Viernes, 6 de marzo 2020, 11:49

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‘La Raya’ es mucho más que la frontera de Fuentes de Oñoro y Vilar Formoso. A norte y a sur tenemos otros pasos que nos deparan el maravilloso vínculo de dos países. El de la provincia de Salamanca con una región que ofrece lo más auténtico de Portugal, la Beira Alta. En esta excursión de un día desde la capital del Tormes nos vamos a desplazar a la esquinita suroeste de la provincia para, desde allí, dar el salto a una Portugal donde la naturaleza y el patrimonio se dan la mano. Una especie de viaje en el tiempo a territorios donde se ha detenido el reloj para fortuna del viajero.

Navasfrías y su excelso robledal

Una hora y media en coche separan a la capital salmantina de su municipio más alejado junto con El Payo. Hablamos de Navasfrías. En continuo vínculo con Portugal y Cáceres, presume de ser el ‘frigorífico’ de la provincia cuando el invierno es más crudo. Su nombre le viene a la perfección. Frontera histórica del Reino de León, muchos de sus habitantes emigraron a Argentina en los primeros años del siglo XX. Hoy es un pueblo apacible donde encontramos el verdadero significado a la palabra paz. Aunque hay un lugar concreto donde esa sensación se incrementa. Hablamos de El Bardal. Un robledal a escasos 500 metros del casco urbano que cuenta además con un área recreativa y un albergue. Hablando de árboles, no se pierdan en el propio pueblo “El Tilero”, un árbol centenario que es un auténtico símbolo para los navasfrieños.

Foios y el nacimiento del río Coa

Demasiados años tuvieron que esperar los vecinos de Navasfrías para contar con una carretera que acortara su viaje a Portugal. Ahora en solo ocho minutos es posible plantarse en Aldeia do Bispo. Pero nuestro objetivo es Foios, a orillas del río Coa y famosa por sus ‘capeias arraianas’ donde se engloban los encierros callejeros y la tradición única de forcón. Este instrumento de madera (de roble como no podía ser de otra forma) está formado por varias ramas u horquillas en cada una de las cuales se introducen los mozos que participan en la capea. Foios no es el único lugar donde está presente, ya que se extiende a todos los municipios del concejo de Sabugal.

Desde Foios es posible hacer una ruta de senderismo de 13,5 kilómetros que nos lleva hasta el nacimiento del río Coa. Si lo preferimos, podemos desplazarnos en coche casi hasta el mismo punto de ese nacimiento en la llamada Serra das Mesas. Aquí surge un río que, después de recorrer 130 kilómetros, desembocará en el Duero en Vila Nova de Foz Coa.

Puede que a estas alturas haya llegado la hora de comer. No habrá de qué preocuparse, porque en Foios nos espera el restaurante El Dorado con sus archiconocidos langostinos en salsa. Otra opción es continuar en dirección a Sabugal siguiendo el curso del río Coa y parar en Trutalcôa, un vivero de truchas que además cuenta con restaurante donde se sirven esas mismas y deliciosas piezas con diferentes recetas.

Ecos de linces ibéricos antes de ‘tomar’ Sabugal

Es muy complicado ver algún ejemplar, pero si Doñana es el refugio del lince ibérico en España, la Sierra de la Malcata lo es en Portugal. Esta reserva natural cuenta con un ecosistema único donde esperemos que este animal, símbolo de la península ibérica, no sufra la tan temida extinción. Llegamos a Sabugal, donde la imagen del lince estará presente en grafitis y murales. A orillas del omnipresente Coa, esta ciudad nos brinda la imponente imagen de su castillo de las Cinco Esquinas. Ecos medievales de cuando Sabugal pasó de manos portuguesas a leonesas y vuelta a empezar.

Sortelha y Alfaiates, colofón medieval a nuestra excursión

Si nos sobra tiempo antes de regresar a Salamanca, es casi imprescindible seguir viajando en el tiempo. Sortelha nos propone un escenario de lanzas, caballeros, cañones y doncellas. Se me ocurren pocos lugares en el mundo que conserven tan fielmente su esencia medieval. De hecho cada mes de septiembre celebra una feria que recrea fielmente los elementos de aquel tiempo comprendido entre los siglos V y XV. En Sortelha hay que subir a su castillo, mandado levantar en el siglo XIII por el rey Sancho II, y asomarse a su balcón de pilatos donde parece esperarnos una princesa.

De regreso a Salamanca todavía nos queda una parada. El castillo de Alfaitates, también conocido como castillo de la Luna, porque en las noches de plenilunio parecía rozarla con sus piedras. Es un buen ejemplo de arquitectura romántico-gótica y se encuentra en el mismo centro de esta pequeña localidad que presume de su pasado como punto estratégico en la frontera.

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