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Mirador de Miguel Bravo de Mogadouro. FOTOS: PABLO MONTES
El espejo de las Arribes del Duero

El espejo de las Arribes del Duero

El municipio portugués de Mogadouro es el que más kilómetros posee del Duero en territorio luso. Sus miradores ofrecen una perspectiva diferente de los populares paisajes de Aldeadávila y Pereña de la Ribera

Jueves, 9 de junio 2022, 13:20

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La playa del Rostro, los miradores de Rupurupay y Rupitín, la ermita de Nuestra Señora del Castillo, el picón de Felipe, el renovado mirador del Fraile... Todos ellos son enclaves sobradamente conocidos para muchos salmantinos aficionados a perderse por los parajes cautivadores de las Arribes del Duero. Estamos hablando además del lugar donde el cañón que forma el río se hace más profundo y vertical. Paredes rocosas de hasta 300 metros de profundidad que no tienen nada que envidiar a cualquier otro paisaje que se puede ver en Europa a pesar de que en muchas ocasiones pasa desapercibido para el gran público. A los que ya conozcan con profusión los parajes mencionado, les recomendamos que ‘salten’ el Duero para contemplarlos desde un punto de vista totalmente diferente. Hacerlo desde el espejo de las Arribes del Duero, el parque natural do Douro Internacional. La vertiente portuguesa de este espacio protegido que nos depara una amplia nómina de miradores y de apasionantes senderos.

Mogadouro, la frontera del Duero

Aunque Mogadouro es el municipio portugués que más kilómetros tiene del Duero en tierras lusas, es una tierra muy desconocida para los viajeros españoles. A la sombra de sus vecinos Miranda do Douro y Freixo de Espada à Cinta, sus miradores se podrían calificar como los más espectaculares de todo el parque natural. Se lleva la palma el de Miguel Bravo. Ubicado en la pequeña aldea de Ventozelo, se llega hasta él por una pista que parte de la pequeña charca que hay junto al casco urbano. Con el coche podremos quedarnos a un kilómetro de la atalaya. Los últimos 1.000 metros son complicados para un turismo por lo pedrogoso del terreno. Una vez en el mirador, solo cabe disfrutar. El Duero dibuja un meandro perfecto que resume a la perfección el magnetismo sin parangón de las Arribes. Desde allí divisaremos la playa del Rostro con su barco panorámico y el picón de la Mariota.

Mirador de la Fraga do Calço.
Mirador de la Fraga do Calço.

Otro mirador de Mogadouro que merece una visita casi obligada es el ubicado junto al castro de Vilarinho dos Galegos. Su nombre es Fraga do Calço y permite divisar otra de las vertientes del Duero compartida con Aldeadávila de la Ribera. Junto a la atalaya se ha rehabilitado un antiguo castro que data del siglo II antes de Cristo y que posteriormente fue ocupado por los romanos. Lo aconsejable en este caso es llegar caminando. La ruta de senderismo do Castro e do Contrabando (PR6 MGD) parte desde el centro de Vilarinho dos Galegos. Tiene 5,6 kilómetros circulares con dificultad baja y también pasa por otro interesante mirador, el del Contrabando. Recibe este nombre porque en este punto mogadourenses y salmantinos se jugaban el tipo cruzando el indómito Duero (hoy está domesticado gracias al efecto de los embalses) para pasar un poco de café o de cereal.

Mirador de Picões.
Mirador de Picões.

Muy interesante también resulta la visita al mirador de Picões, en la aldea de Peredo da Bemposta. Es aconsejable dejar el coche junto a una viña en el punto donde ya no se permite el paso de vehículos. Desde allí solo hay que caminar poco más de un kilómetro por un bonito sendero junto a viñedos y una frondosa vegetación de ribera. El mirador, dotado de una barandilla, brinda la oportunidad de divisar la vertiente arribereña de Pereña con la ermita de Nuestra Señora del Castillo y el pozo Airón.

Felipe y su amada de Bruçó

Vistas del picón de Felipe y el mirador del Fraile desde Bruçó.
Vistas del picón de Felipe y el mirador del Fraile desde Bruçó.

Cuentan que un pastor de Aldeadávila de la Ribera de nombre Felipe estaba profundamente enamorado de una bella joven de la aldea portuguesa de Bruçó, al otro lado del Duero. El inmenso cañón del río impedía que se viesen. Tan cerca y tan lejos. Por eso Felipe intentaba por todos los medios construir un rudimentario puente y lanzar grandes rocas al río para poder atravesarlo y reunirse con su amada. De ahí viene el nombre de uno de los miradores más populares de Aldeadávila, el del picón de Felipe. Precisamente en Bruçó, otra de las aldeas del municipio de Mogadouro, tenemos otra de esas vistas que obligan a rendirse ante al belleza de las Arribes. La ruta de senderismo del Quartel de Bruçó (PR8 MGD), de 9 kilómetros circulares, se acerca hasta el punto donde el cañón del Duero se hace más profundo. Justo detrás de los restos del castro de Bruçó se encuentra un roquedo que ejerce de espejo de los miradores salmantinos del picón de Felipe y del Fraile. Cerca de allí, el antiguo cuartel desde el que los guardias fronterizos trataban de impedir el contrabando. Sus instalaciones, que parecen haber sido abandonadas de la noche a la mañana, son el recuerdo más nítido de un pasado que pasó.

La ‘posta’ más famosa de Portugal

Posta mirandesa.
Posta mirandesa.

Después de una visita a los miradores de Mogadouro es el momento de reponer fuerzas. Y nada mejor que acercarse a la capital del municipio donde merece la pena visitar su casco histórico. Destacan los restos del castillo del siglo XII y el convento y la iglesia de San Francisco. Pero Mogadouro se convierte cada fin de semana en lugar de peregrinaje de muchos portugueses y españoles que van buscando su famosa ‘posta’. Se trata de una tierna pieza de carne de ternera que se corta en forma de zapato con un importante grosor y, que en este caso, pertenece a las vacas de la raza mirandesa que se cría en esta vertiente de la región de Trás-os-Montes. Si está bien hecha y la materia prima es de calidad, se deshace prácticamente en la boca. Los restaurantes más populares para saborearla son A Lareira y A Tasquinha.

DATOS PRÁCTICOS

Cómo llegar. Mogadouro se encuentra a una hora y cincuenta minutos de Salamanca. Hay que desplazarse hasta la localidad zamorana de Fermoselle, cruzar el Duero por la presa de Bemposta y tomar la cómoda carretera IC5 hasta Mogadouro.

Oficina de turismo. Se encuentra en la avenida Regimento dos Comandos. Ofrece información muy completa de toda la región de Trás-os-Montes con un trato muy amable y cercano.

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