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Manuel Diosleguarde se marchó al pueblo que le da nombre en los carteles en los que se anuncia en busca de la tranquilidad en los días previos a la alternativa y allí le sorprendió el incendio que arrasa parte de la Sierra de Francia, Morasverdes, Monsagro, Guadapero y otros pueblos de la zona más castigada por el fuego que ha teñido de negro y drama en un mes de julio catastrófico.
Minutos después de esta entrevista Manuel Diosleguarde tuvo que sacar, con no poca urgencia, parte del ganado que tiene y cría en su pueblo para darle otro refugio y seguridad. Las voracidad de las llamas estaban cerca. La paz que buscaba en los días previos a su ansiada y lujosa alternativa se acaloraron de repente. Y con ella toda la incertidumbre. Aún así mantiene la calma de quien sabe que va a cumplir un sueño y de quien tiene aún toda una carrera por escribir. La meta del doctorado es el principio de todo. Una vuelta a empezar.
A Diosleguarde no le regalaron nada. Se fue ganando los contratos tarde a tarde. Y esa es la fórmula con la que quiere hacerse un hueco también en el nuevo escalafón. Tiene una legión de seguidores a cuestas, un pueblo volcado y a la vez ilusionado. Él decidió ponerlo en el mapa anunciándose con él en los carteles. Se sitúa en el sureste de la provincia, a 72 kilómetros de la capital.
La peña taurina del torero tiene más socios que los 114 habitantes que aparecen censados en Dios le Guarde. Manuel decidió unir esas tres palabras para anunciar en los carteles a quien en realidad es Manuel Francisco Sánchez García. El 6 de mayo cumplió 23 años, el sábado a las seis y media de la tarde empezará a andar su contador como matador de toros.
No ha parado de tentar en los últimos días (Mercedes Pérez Tabernero, Puerto de San Lorenzo, Francisco Galache, Sánchez Herrero...) no para para ultimar una preparación que está más que lista y consolidada pero sí para estar en estos días de miedos lo más entretenido posible: “Cuanto más, mejor, en cuanto más distraído esté menos pienso y mejor estoy”, afirma con una tímida sonrisa: “Intento estar lo más tranquilo posible”.
–¿Se cree que ya tenga la alternativa a la vuelta de la esquina?
–A medida que pasan los días el cuerpo lo va notando. Ya llevo un tiempo que doy demasiadas vueltas en la cama. El cuerpo ya lo nota cada vez más. Para cualquier torero es un día muy marcado y si además le sumas los alicientes del lugar, escenario muy bueno y le añades el cartel... Talavante, mi padrino, es mi referente desde que empecé a querer ser toreo.
–¿Está satisfecho con su carrera novilleril?
–Ha sido una etapa muy bonita. No ha sido fácil porque como en todo hay que irse ganando los puestos, ha sido lo bueno. Cada día he salido a dar lo mejor de mí, para abrirme las puertas y poder torear. El balance ha sido positivo, siempre he ido a más. Como en todo, he tenido tardes buenas y otras no tanto, pero de todo se aprende. Llego con un número muy bueno de novilladas y muy preparado.
–Con más de sesenta novilladas, ¿es la trayectoria que soñó?
–Hoy llegar a la alternativa con ese número de novilladas parece impensable, muy pocos logran una alternativa tan preparado, pisando las plazas de primera, hubo otras en Francia muy importantes... Si lo miras con detenimiento el balance es muy bueno.
–¿Qué le hubiera gustado tener que no tuvo?
–Todo ha ido viniendo como ha tenido que venir. Me hubiese gustado redondear más, pero también te digo que de lo que ha pasado no cambio nada. Las tardes que no di la talla o que no respondí a las expectivas o no llegué a triunfar como debería me han ayudado a darme cuenta de muchas cosas y me sirvieron para seguir creciendo.
–¿Qué le faltó para redondear y terminar de lanzarla?
–Alguna tarde clave, alguna faena de dos orejas contundentes... Me hubiera gustado tenerlas, eso mismo a la vez me hizo crecer.
–¿Cuál es la tarde de la que más y mejor recuerdo tiene?
–Recuerdo una muy buena en Bayona en la que salí a hombros. También las tardes de Las Ventas de Madrid, no acabé de redondear como me gustaría pero hubo momentos buenos.
–¿En cuál tuvo que estar mejor y no lo hizo?
–Seguro que muchas. Me faltó apretar más o acoplarme más con los novillos, seguro. Esas tardes son las que me ayudaron a crecer más y a luchar más aún. Para crecer te tienes que equivocar muchas veces antes, eso te hace crecer como torero, como persona. Hay que equivocarse para crecer.
–¿Cuál fue la faena en la que se dio cuenta que ya estaba preparado y se sentía capaz para dar el paso y tomar la alternativa?
–Este año una en Valencia embistieron mucho los novillos del Conde de Mayalde. Estuve muy a gusto, pero a la vez ví que el utrero ya se me quedaba pequeño. Al final de temporada del año pasado, ya me ví con mucha facilidad, pero este año me notaba demasiado fácil. No le daba la importancia que tenía y puede que eso hiciera que no llegara arriba y todo tuviera menos eco en los tendidos.
–El parón de la pandemia le llevó a estar cinco años como novillero. ¿Aquello fue un lastre o terminó jugando a su favor?
–En mi caso creo que corrió a mi favor. En ese tiempo no dejé de entrenar, tuve la oportunidad de torear muchos toros en el campo y todo eso, y el tiempo, me hizo crecer mucho como torero.
–¿Cuál fue el mejor consejo que le dieron y quién se lo dio?
–Que jamás pierda la humildad. Mis apoderados siempre me lo han dicho.
–¿Da vértigo el paso al escalafón de matador de toros?
–Más que vértigo, ahora mismo me ilusiona pese a que sea una tarde de tanta responsabilidad. Quiero llegar a Santander y dar un golpe de atención para que se me abran las puertas. Lo que venga después se que no será fácil, la única fórmula que hay es que en cada plaza que se pise triunfe para que se sigan abriendo puertas.
–¿Le asusta el parón que sufren los toreros tras la alternativa?
–Claro, negarlo sería mentir; por eso la primera meta que me marco es cortar las orejas el sábado mismo. Ese es el mejor golpe de atención, y triunfar luego en cada plaza que pise. En cierto modo es lo que ha sido mi carrera hasta ahora, que ha estado basada en la ambición, en las ganas de querer, en tratar de darlo todo siempre en la plaza. Ahora también busco otras cosas, torear más asentado, reposado...
–¿Se siente capaz para competir con las grandes figuras?
–Es lo que quiero, lo que sueño, competir con los más grandes.
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