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«En la familia estamos muy afectados, es inhumano que su propia pareja sentimental le haya hecho eso a mi prima», ha expresado a LA GACETA una de las familiares cercanas de la joven retenida, atada de pies y manos, durante un mes en un piso de la calle Linares, número 38, en el barrio de El Carmen. La chica, que ya está «descansado» con su familia, se encuentra bien y se recupera de las heridas, aunque «tiene recaídas por todo lo vivido», ha detallado su prima.
Asimismo, ha destacado que el detalle de su abuela «ha sido muy impactante para todos». Tal y como ha venido informando este medio, días previos a su liberación—el sábado 10 de agosto—, los vecinos dieron el aviso de la Policía por los continuos gritos de auxilio y solicitudes de ayuda de una mujer que llevaban escuchando un tiempo. Además, señalaron fuentes vecinales que gracias a su abuela «ha vuelto a nacer»: «Se estaba muriendo y la nombraba por eso la familia fue a buscarla al domicilio para que la viera antes de fallecer, y cuando llegaron vieron algo extraño, no les dejaron pasar».
«Parece ser un hecho del siglo XVI», así describió este miércoles la subdelegada del Gobierno en Salamanca, Rosa López, el suceso durante el emotivo minuto de silencio celebrado ante la Subdelegación del Gobierno en Salamanca en homenaje a Mónica, la vecina de 49 años del barrio vallisoletano de Los Pajarillos, asesinada el pasado lunes, 12 de agosto, presuntamente a manos de su compañero sentimental.
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