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Martes, 24 de septiembre 2024, 13:42
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«Yo no pretendo una sentencia ejemplar, como les dirá la defensa, pretendo una sentencia justa, la pena máxima que permita el código». El fiscal jefe, Juan José Pereña, ha señalado a los miembros del jurado popular: «No pretendo ningún linchamiento, si en algún momento se puede hablar de linchamiento desde luego es el que ha sufrido la víctima».
El fiscal ha iniciado su pormenorizada exposición dando las gracias al jurado por su comportamiento a lo largo del juicio, tras lo que ha continuado diciendo que «la versión que el acusado nos ha dado es absolutamente insostenible». Lo ha concretado en lo del lapsus mental de dos o tres horas y en las supuestas alucinaciones que dice haber sufrido. Hay un montón de pruebas que demuestran que «conocía, sabía y quería» lo que estaba haciendo, ha dicho.
«Han oído a la Guardia Civil que ha dicho que el acusado estaba sorprendentemente tranquilo» y se ha dirigido a los miembros del jurado para que se imaginen cómo estarían ellos en su caso tras un suceso así.
Ha dicho que, conforme a las pruebas existentes, el acusado consumió alcohol en mucha menor medida que la víctima -ella cuadruplicaba la tasa que presentaba él-, lo que parece indicar que quería «ponerla» para lo que hizo después.
Ha asegurado que el acusado lo tenía «planificado» desde la tarde y que su declaración de que se fue al baño, momento en el que ella se cayó y se golpeó con la mesa, se descarta con la versión de los vecinos que escucharon los golpes provenientes de su casa.
Los vecinos fijan el suceso entre las 02:30 y las 03:15 horas, tiempo durante el que escucharon el alboroto, los gritos y los golpes. Una vecina declaró haber escuchado una discusión entre una mujer y un hombre y luego «series de golpes», en una de ellas llegó a escuchar hasta cinco golpes. La declaración de otra vecina fue muy clarificante porque dijo que los ruidos procedían concretamente de la casa de David, tal y como confirmaron los agentes de la Guardia Civil. Esta mujer también dijo haber escuchado golpes y como ella le dijo «basta ya hijo de puta», probablemente por eso la amordazó después con las bridas, para que no hablara más.
Los vecinos escucharon incluso a David «cantar flamenco y tecno» mientras al parecer recogía y limpiaba la sangre de su piso.
«Quiero que empaticen con la víctima, no se la enjuicia a ella, sino al acusado», ha manifestado a los miembros del tribunal y les ha recordado que, no contento con todo lo que ya le había hecho, le partió el cráneo de un pisotón, tal y como acreditan forenses y peritos. Después llevó el cuerpo de la víctima a la bañera y, aunque ahora asegura que la estuvo enchufando con la alcachofa de la ducha, antes solo declaró que la salpicó con agua para intentar reanimarla.
Después, ha proseguido el fiscal, no llamó a Policía ni a servicios sanitarios, sino que mandó una foto a sus amigos y les llamó para decirles «qué hago con esto..., que es mugre, que huele mal, que le ayuden que pesa 200 kilos…», ha expuesto, mostrando así las constantes vejaciones y regodeo hacia la víctima por parte del acusado. Y no contento con ello, en vez de intentar ayudarla cuando aún agonizaba, se puso a limpiar «hasta el punto de que colocó los adornos de la mesa».
«La sangre ha saltado a dos metros de la víctima, el acusado no tenía sangre, tenía la mano inflamada de los golpes que le dio», la sangre que apareció salpicada por la pared era de la víctima, ha expuesto, y ha añadido que no hubo colaboración por parte del acusado, todo lo contrario, limpió con fregona y estropajo el lugar del crimen y trató de hacer desaparecer los restos de cinta y otros efectos que había en el salón.
A continuación enumeró las agravantes que a su juicio concurren en este caso -alevosía, ensañamiento y desprecio de género-.
Por su parte, la acusación particular se ha mantenido en la misma línea argumental que el fiscal, asegurando que «el acusado la ha reventado a golpes y eso está en su manera de ser, no aparece de la noche a la mañana, es un peligro para todos», ha llegado a decir. El hecho de que la llamase «mugre» y le pisase la cabeza hasta el punto de partirle el cráneo «va contra todo respeto a la condición humana».
Por último la defensa ha pedido a los integrantes del jurado que enjuicien «sobre pruebas y hechos, no sobre conjeturas y aquí el Ministerio Fiscal y la acusación particular han intentado tergiversar», ha dicho.
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