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Vista del patio desde el interior de una de las celdas de Topas. ARCHIVO
Así era el preso hallado muerto en su celda de la cárcel de Topas: un español de 59 años condenado por violencia de género

Así era el preso hallado muerto en su celda de la cárcel de Topas: un español de 59 años condenado por violencia de género

J.E.O.H. llevaba cuatro años en el centro penitenciario y padecía depresión. Denuncian carencias en la sanidad penitenciaria tras morir otro recluso en la prisión

C. L. S.

Salamanca

Martes, 6 de agosto 2024, 06:45

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J.E.O.H., el interno que este domingo fue hallado sin vida en su celda ingresó en el Centro Penitenciario de Topas hace cuatro años. El recluso, de 59 años y nacionalidad española, cumplía condena por varios delitos de violencia de género y, al parecer, padecía depresión, según han informado fuentes cercanas al caso a LA GACETA.

Representantes de sindicatos penitenciarios han denunciado la «grave situación» que, a su juicio, se vive en la cárcel de Topas por la «falta de recursos humanos, la deficiente atención sanitaria, el aumento de presos con patologías mentales y toxicomanías no tratadas adecuadamente». A lo que en esta época estival se unen las diferentes olas de calor. «Por lo que se viene generando un aumento de la conflictividad y alteración de la normal convivencia en el centro», recoge Europa Press.

Tal y como ha publicado este medio, los funcionarios descubrieron el cadáver del hombre en la mañana del domingo, 4 de agosto. Al parecer, al proceder al recuento matinal de los reclusos, los empleados públicos encontraron al preso inmóvil, en su celda. El recluso, que cumplía condena en el módulo 3 y que no tenía un perfil agresivo, podría haber fallecido ahorcado con los cordones de las zapatillas, según las primeras investigaciones.

Tras dar aviso al Juzgado de Instrucción número Tres de Salamanca, de guardia, la comisión judicial se trasladó a la prisión, procediéndose al levantamiento del cadáver. A falta de los resultados finales de la investigación, todo apunta a que la muerte del interno habría sido voluntaria.

Desde el sindicato han insistido en que no se dispensa una atención sanitaria adecuada y han criticado que no se cuenta con subdirector médico en el centro y que de nueve médicos «solo hay tres disponibles y la relación de puestos de trabajo no contempla la figura del psiquiatra a pesar de que una inmensa mayoría de internos toman medicación psiquiátrica». Además, ha alertado de que «la sanidad penitenciaria está agonizando», ya que el personal facultativo «no quiere trabajar en las prisiones porque no es atractivo, la población reclusa está sin la atención médica primaria adecuada, mucha de ella con problemas de sobredosis y suicidios». Además de estos hechos, han recordado que han aumentado las agresiones a los empleados públicos penitenciarios con nueve agresiones en la cárcel de Topas durante el año 2023.

El suceso ocurre tan solo once días después de que otro preso de la prisión salmantina falleciera el pasado 26 de julio al incendiarse su celda. Los hechos tuvieron lugar entre las 20:30 y las 21:00 horas. Tal y como publicó este medio y según las primeras investigaciones, O.E.B., un interno musulmán que cumplía condena por robo, prendió fuego al colchón de su celda en el módulo de Aislamiento. Las llamas desencadenaron una gran humareda, lo que rápidamente movilizó a los funcionarios que se encontraban de servicio que no dudaron en entrar para sacarlo de la celda, poniendo en peligro su propia vida. Por suerte nadie más resultó, al parecer, herido ni intoxicado, pese a que se vivieron momentos de angustia y mucho peligro durante los que el resto de internos de la galería gritaron pidiendo auxilio.

Tras conseguir sacarlo de la celda, el interno fue trasladado al módulo de Enfermería, donde el personal médico le estuvo realizando maniobras de reanimación, pero acabó falleciendo allí mismo, sin llegar a ser trasladado al Hospital. Tras dar aviso al Juzgado de Instrucción número Dos de Salamanca, se procedió al levantamiento del cuerpo sin vida. Todo apunta a que fue el propio recluso el que originó el incendio. Al parecer, tenía permitido tener tabaco y mechero en su celda. Se desconocen los motivos que le habrían llevado a perpetrar los hechos, que han motivado una apertura de la correspondiente investigación.

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