FRANCISCO JAVIER MUÑOZ BELLIDO, MÉDICO DEL SERVICIO DE ALERGOLOGÍA DEL HOSPITAL

«La incidencia de enfermedades alérgicas crece y puede estar ya cerca del 30%»

¿Cómo será esta primavera para los alérgicos?

—Se prevé que, en esta primavera, la polinización pueda ser de moderada a intensa por las condiciones climáticas que ha habido durante el invierno. La humedad del terreno y las temperaturas que estamos teniendo favorecen la floración y el crecimiento de vegetación espontánea y todo ello puede hacer que sea una primavera complicada para los alérgicos al polen.

¿Qué enfermedades respiratorias son las más frecuentes?

—Si nos referimos a enfermedades respiratorias de origen alérgico, la más frecuente es la rinitis, que se manifiesta con picor de nariz, estornudos frecuentes, moqueo acuoso persistente y congestión nasal. Habitualmente, se acompaña también de síntomas oculares como los ojos rojos, el picor de ojos, el lagrimeo... En segundo lugar, está el asma, que puede acompañar o no a la rinitis y que se manifiesta, habitualmente, con la dificultad para respirar, la sensación de falta de aire, la tos seca persistente o los ruidos al respirar como silbidos.

¿Qué recomendaciones hace sobre el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica? ¿Cuáles son los síntomas de las mismas?

—La enfermedad pulmonar obstructiva crónica no es una enfermedad relacionada con la alergia, sino que está relacionada con el tabaquismo. Es una patología que debe ser diagnosticada y tratada por un neumólogo. En cuanto al asma, un gran porcentaje de los casos son de origen alérgico y, por lo tanto, es recomendable hacer un estudio para confirmar o descartar esa posibilidad. A partir de ahí, hay que seguir las recomendaciones de un alergólogo.

¿Cómo podemos hacer frente a los síntomas de cualquier alergia primaveral?

—En cualquier patología alérgica, el primer paso en el tratamiento es evitar en lo posible los alérgenos causantes y tomar las medidas ambientales y de protección necesarias para evitar la exposición alergénica. En el caso de los alérgicos al polen, se aconseja evitar actividades al aire libre en espacios abiertos con vegetación, evitar desplazamientos en moto o en bicicleta, viajar en coche con las ventanillas cerradas o evitar corrientes de aire en el domicilio, pero, habitualmente, esto no es suficiente y, para controlar los síntomas, se necesita tratamiento farmacológico con distintos medicamentos para la rinitis, la conjuntivitis o el asma. Cuando está claro el origen alérgico, ya sea rinoconjuntivitis o asma, una vez controlados los síntomas, podemos prescribir al paciente inmunoterapia específica (vacuna), que ataja la enfermedad desde el punto de vista inmunológico, reduciendo la sensibilidad alérgica y, como consecuencia, los síntomas.

¿Se ha dado, en los últimos años, un aumento de la sensibilidad a los alérgenos y un agravamiento de los síntomas?

—Desde hace años, se viene observando un aumento de la demanda en las consultas de alergología y la incidencia de procesos alérgicos crece. Esto pasa, sobre todo, en la población infantil. Se estima que la incidencia de enfermedades alérgicas en la población general puede estar ya cerca del 30%. La gravedad de cada proceso es algo muy individual y depende del grado de sensibilización de cada paciente y del alérgeno implicado en cada caso. Lo que sí es cierto es que se están viendo sensibilizaciones alérgicas a nuevos alérgenos, sobre todo en lo que se refiere a alimentos, como consecuencia de la globalización.

¿Cómo son las alergias en los niños?

—En los niños, los síntomas de alergia ambiental no son muy diferentes a los que podemos observar en los adultos, con rinoconjuntivitis como manifestación más frecuente y asma bronquial en segundo lugar. La diferencia la encontramos sobre todo en el tratamiento, en cuanto a las dosis y en cuanto a que existen medicamentos de uso habitual en los adultos que no se pueden utilizar en niños.