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Paula Daza
Martes, 6 de agosto 2024, 11:39
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Las propinas son un elemento cotidiano en el sector servicios, pero su significado y práctica varían ampliamente según la cultura y el contexto. En algunos lugares, dejar una propina es un gesto habitual que complementa el salario de los trabajadores, mientras que en otros es visto como un acto opcional o innecesario.
En España, a diferencia de lo que ocurre en otros países, nunca ha existido legislación sobre propinas. El Convenio Colectivo de Hostelería tampoco recoge ninguna indicación sobre este tema, lo que ha generado varios debates: ¿Se debe dejar propina o podría considerarse un gesto de mala educación? y, en caso de dejarla, ¿Cuánto se debe dejar? Respecto la gestión de este dinero y a pesar de no existir ninguna cantidad ni protocolo establecidos, lo común en la mayoría de bares y restaurantes es guardar todas las propinas en un bote común, cuyo contenido se divide entre los trabajadores al final de la semana o del mes.
En cuanto a qué cantidad es la adecuada, Jorge Carlos Moro, presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca explica: «Yo no le pondría un precio fijo a las propinas, depende de la persona y de lo que quiera y pueda aportar. A mí, como representante de la hostelería, me gusta mostrar a través de las propinas mi gratitud con ellos y con el servicio que me han dado».
Aunque Salamanca es una ciudad donde este sector tiene un fuerte peso durante todo el año, diferentes hosteleros de la ciudad señalan el innegable aumento de las propinas con la llegada masiva de turistas en verano. «La gente de Salamanca suele dejar uno o dos euros y los extranjeros dejan propinas más generosas, de cinco o diez euros», explica Franklin Enrique Briones, camarero en un bar del centro de Salamanca.
Entre los más generosos a la hora de dejar una compensación, destacan los ingleses, seguidos de cerca por los estadounidenses e indios. Jorge Carlos Moro explica: «los ingleses son un público muy agradecido, que sabe apreciar muy bien el servicio y lo que consumen». Los estadounidenses también suelen dejar bastante propina y así lo corrobora Jacob Herbert un turista de Estados Unidos que está pasando el verano en Salamanca. Cuenta: «En mi país dejamos propina porque gran parte del salario de los camareros sale de ahí. Como sé que en España es diferente, no suelo dejar tanta propina, pero puede que haya estadounidenses que no sepan esto cuando visitan España».
En estos momentos de alta ocupación en la ciudad, las reservas también crecen aunque depende del tipo de establecimiento. Los locales de tapas apenas reciben reservas, «aunque muchas veces se llena y tenemos opción de reservar para comer dentro, la gente no reserva mucho. Este sitio es más de «batalleo», la gente viene solo a picar algo», explica Franklin Enrique Briones. En el caso de los restaurantes, algunos de ellos están comenzando a pedir un depósito para formalizar la reserva aunque todavía no es habitual. DavidEgido, trabajador de un restaurante situado en el casco histórico, explica: «En épocas de mucho turismo hay sobre todo reservas en el momento. Están paseando por la ciudad y entran a preguntar si hay sitio».
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