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Las Navidades representan para la mayoría una fecha señalada para reunirse con la familia y festejar con alegría la Nochebuena o la llegada del nuevo año. Pero, desgraciadamente, muchos se encuentran lejos de sus seres queridos en estos días, especialmente las personas migrantes, como es el caso de Andrea y Angelica, dos estudiantes italianos que viven en Salamanca desde septiembre.
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En la forma de vivir el fin de año encontramos bastantes paralelismos entre ambos países. Parece que en todo el mundo se lleva aquello de quedar con amigos para celebrar la Nochevieja, así como atraer toda la suerte posible para los siguientes doce meses «poniéndonos ropa interior roja» y «rompiendo cosas», de hecho, en el pueblo de Andrea era costumbre tirar objetos por la ventana.
La noche del 31 de diciembre, más que salir de fiesta, suelen reunirse en casa de algún amigo. «Cocinamos juntos, ponemos en la tele algún programa musical y esperamos con ansias la medianoche para hacer la cuenta atrás y descorchar una botella de champán», comentan. También es tradición comer lentejas esa noche, pero este año, por primera vez, probarán las uvas «como manda la tradición española». Después de la cena con amigos, planean salir de cotillón por Salamanca.
Andrea y Angelica no sólo van a vivir la Nochevieja en la capital del Tormes, también han pasado aquí la Nochebuena y Navidad, lejos de sus seres queridos. Los vuelos desde Palermo estaban en torno a los 350 euros por trayecto, un coste difícil de asumir. A pesar de ello, ambos lograron visitar a sus familias antes de las Fiestas y regresar a Salamanca el día 23, lo que les permitió «recargar energía».
La vuelta a casa de Angelica fue especialmente emotiva porque no sabían que iba a volver por lo que se llevaron una gran sorpresa: «La emoción de reencontrarnos fue increíble. Mi hermanito incluso lloró de alegría» cuenta la italiana.
Andrea, por su parte, destaca que echa de menos particularmente a su abuela, a quien llama todos los días por teléfono. Ambos coinciden en que «la Navidad se puede celebrar cualquier día si demuestras afecto y compartes emociones con las personas que quieres».
Los estudiantes están felices por poder ver las costumbres navideñas de otro lugar del mundo, de hecho, para ellos «Salamanca es Navidad», no sólo por las frías temperaturas sino porque les ha impresionado enormemente las luces y todos los atractivos que ofrece la ciudad este año, desde el videomapping del Árbol de la Plaza a los decorados que embellecen el entorno de las Catedrales.
La ciudad les ha enamorado por completo en estos meses y unque deberán regresar a Palermo en los próximos meses, ambos tienen claro su deseo de volver a Salamanca: «Prometemos que un día regresaremos. Sabemos que no será fácil, pero nada es imposible».
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