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Para la periodista salmantina Esther Vaquero, las fiestas navideñas volverán a deparar alegres reencuentros en su tierra junto a familia y amigos. Aparcará por unos días los informativos de Antena 3 para entregarse a los afectos junto a los suyos. «Vicente [Vallés] y yo nos repartimos las Navidades. El suele coger Nochevieja y a mi me toca Nochebuena. Yo lo prefiero así, porque la del 24 me parece una fiesta más familiar. Así que seguramente estaré en Salamanca esa semanita entera, del 23 al 29».
La llegada de la Navidad evoca recuerdos felices para Esther Vaquero. «Somos una familia muy grande, pero al final nos juntábamos los de casa: mis padres, mi hermano, mi abuela cuando estaba y yo. Siempre me han encantado estos días y especialmente la tarde de Nochebuena, cuando preparaba la cena junto a mi madre y allí se juntaban dos cosas que me gustan mucho:las manualidades y comer».
La periodista charra esperaba de niña los regalos de los Reyes, pero ahora a su casa llega Papa Noel. «No se puede luchar contra los elementos. Antes nos daban los juguetes y al día siguiente había que ir al cole así, sin anestesia... Ahora ya hemos claudicado y la verdad es que los niños tienen más días para jugar».
En el hogar madrileño de Esther Vaquero se respira el ambiente navideño en la decoración, «pero tampoco me vuelvo loca», confiesa. «En muchos áticos de Madrid se ven llenos de luces a la americana, pero nosotros no nos complicamos. Dentro de casa ponemos el árbol, un belén de Playmobil que a los niños les encanta, y este año hemos comprado un trenecito muy gracioso que cuando le das a un botón, da vueltas al árbol. Hay cositas por las ventanas, pegatinas de Papa Noel, de renos, cosas así... Y luego las manualidades que hacemos en el cole. Nuestros padres nunca vinieron a mi colegio a hacer manualidades, pero esta educación moderna te añade una cantidad de tareas extra que dices ¡madre mía! El otro día estuve en la clase de la pequeña haciendo unos renos con goma eva que ahora los tenemos repartidos por toda la casa».
Esther vislumbra una agenda social a tope. «Con los niños [8 y 5 años] últimamente nos apuntamos a todo lo lúdico que haya. El año pasado descubrimos Navidiver, un plan estupendo que nos arregló las fiestas. Intentaremos entrar al Huerto de Calixto y Melibea, que ya quisimos visitarlo la semana pasada y con las colas fue imposible. A ver si tenemos suerte. ¿Qué más? Pues unas castañas asadas riquísimas siempre caen, un chocolate con churros por la Plaza Mayor... En fin, los rituales de cada Navidad».
Las palabras de la periodista salmantina rezuman ilusión pensando en volver con los suyos por unos días. «Yo no es que sea muy del hinduismo, pero cuando voy a Salamanca por Navidad es como si se me realineasen los chakras. Y ya después vuelvo a Madrid centrada». Las citas con los amigos del barrio y los compañeros de la Facultad de Comunicación no faltarán. «Ahora mismo estábamos en el grupo de WhatsApp cuadrando la cena para el día 26».
A la casa familiar en el barrio de El Tormes, Esther llegará a cenar con su pareja y sus dos niños de 8 y 5 años junto a sus padres y hermano. Siete a la mesa. «Mi madre es la que cocina, y yo ahora que mis hijos no me reclaman tanto, me meto con ella. Y allí salen conversaciones...»
Pero del trabajo en la cocina y de las charlas intimas entre madre e hija saldrá el plato estrella de las navidades: «Mi madre hace una merluza rellena de gulas y langostinos que es una cosa muy loca.Ytambién prepara una especie de mousse de almendra con melocotón que no faltará». Esther y sus peques colaboran preparando los canapés. «Hacemos como una cadena de montaje», bromea.
Entrando al mundo del dulce, la periodista se confiesa golosa –»pero mucho azúcar no es bueno, intento dar ejemplo a mis hijos»- y elige antes el chocolate que los polvorones y los mazapanes. «Y muerte a la fruta escarchada, totalmente. ¿Quién inventó eso?».
Entre mesas y encuentros, Esther Vaquero intentará estos días distanciarse un poco de su trabajo. «Bueno, nuestro informativo lo veo siempre, aunque se me hace raro verlo como espectadora, y desde fuera veo cosas que en el plató no me doy cuenta. También me quito las alertas del móvil . Estos días desconecto, y lo hago muy a gusto».
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