El Gobierno elige como nueva fiscal general a la salmantina Teresa Peramato, progresista experta en violencia de género
Aunque respetada por su trayectoria profesional, algunas voces recelan por su estrecha vinculación con la UPF
E. P.
Madrid
Martes, 25 de noviembre 2025, 12:21
El Gobierno anunció este martes el nombramiento de Teresa Peramato como nueva fiscal general del Estado, apenas un día después de que Álvaro García Ortiz presentara su dimisión tras ser condenado por el Tribunal Supremo (TS). Peramato, con 35 años de trayectoria, es reconocida principalmente por su labor en la lucha contra la violencia de género y por su perfil claramente progresista.
Desde el Ejecutivo destacan su “extensa experiencia, especialmente en materia de violencia de género”, llegando a considerarla “una de las principales impulsoras de la especialización judicial en este ámbito”.
Graduada en Derecho por la Universidad de Salamanca, su ciudad natal, ingresó en la carrera fiscal en 1990 y ejerció en diversas fiscalías —Tenerife, Valladolid y Barcelona— hasta establecerse en Madrid. Allí, en 2005, fue nombrada fiscal delegada de la sección de violencia sobre la mujer.
Durante esa etapa participó en el grupo de expertos del Observatorio Estatal de Violencia contra la Mujer, contribuyendo en 2007 a la elaboración de su primer informe anual.
A lo largo de los años fue asumiendo responsabilidades en este ámbito hasta que, en 2021, la entonces fiscal general Dolores Delgado la designó fiscal de sala contra la Violencia sobre la Mujer.
Bajo el mandato de García Ortiz, asumió también el cargo de fiscal delegada para la Protección y Tutela de las Víctimas en el Proceso Penal y fue una de las responsables de la sección penal del Tribunal Supremo.
“Técnica, decidida y valiente”
Su mayor respaldo es su larga trayectoria profesional, a la que se añaden los años en los que ejerció como abogada y como letrada de la administración de justicia. Desde Moncloa, aseguran que cuenta con el reconocimiento unánime del sector jurídico.
Fuentes fiscales consultadas la describen como una profesional “muy respetada”, tanto por su experiencia como por su profundo conocimiento de la carrera fiscal. Voces progresistas destacan que, desde el punto de vista jurídico, “es incontestable”, y la definen como “técnica, decidida y valiente”. En sectores conservadores, la califican como inteligente y ambiciosa.
“Más de lo mismo”
La principal crítica que recibe su nombramiento es su estrecha relación con la Unión Progresista de Fiscales (UPF), asociación a la que pertenece y de la que fue portavoz durante años.
Se trata de la misma organización de la que formaban parte tanto Delgado como García Ortiz, aunque ambos se desvincularon al asumir la jefatura del Ministerio Público.
Aunque no pertenece al llamado 'Equipo Fortnuy', considerado el círculo cercano de García Ortiz en la Fiscalía General del Estado, parte de la carrera fiscal ve en ella un perfil con excesiva carga ideológica.
Algunas voces atribuyen su ascenso a fiscal de sala a su estrecha vinculación con la UPF, lamentando que su nombramiento supone “más de lo mismo”.
En este contexto, se advierte de que su marcado perfil progresista podría dificultar el que consideran su principal desafío: reducir la profunda división interna que se inició con la llegada de Delgado y se intensificó durante la etapa de García Ortiz.
