El efecto de la vacuna en los sanitarios salmantinos: ‘solo’ 25 contagios en los últimos 30 días
Desde el 14 de marzo al 9 de abril del pasado año se notificaron 344 positivos de estos profesionales
Domingo, 14 de marzo 2021, 10:38
Si la primera etapa de la vacunación en Castilla y León fueron las residencias de ancianos, la segunda fase se centró en el personal sanitario de primera línea, donde también se nota una mejoría en las cifras de contagios: solo 25 positivos durante los últimos 30 días.
La vacunación de los sanitarios ha contado con dos condicionantes en Castilla y León. El primero es que se dividió entre sanitarios de primera línea -los que trabajan en contacto directo con el virus- y sanitarios de segunda línea. Por otra parte, también se utilizaron dos tipos de vacunas: Pfizer y Moderna. Varios de los profesionales que recibieron la primera dosis de Moderna han tenido problemas para recibir la segunda inyección dentro de los plazos marcados -de 28 a 42 días- porque la farmacéutica ha cortado su suministro.
Debido a ambas circunstancias no se puede afirmar que el 100% de los sanitarios salmantinos ya estén completamente inmunizados. Aún así, como repite la consejera de Sanidad, “dosis puesta, dosis que cuenta”. Quiere decir que aunque algunos de los profesionales no tengan todavía el segundo pinchazo, pueden dar por hecho que cuentan ya con un grado de inmunidad superior al resto de la población y, de hecho, se está notando en las estadísticas epidemiológicas.
El número de sanitarios salmantinos afectados por el virus ha crecido en 25 personas durante el último mes (del 10 de febrero al 1 de marzo): de 1.150 a 1.175 positivos. Se trata del incremento más leve desde el verano. Sin embargo, desde mediados de enero a mediados de febrero se registraron 340 contagios entre trabajadores de la sanidad pública salmantina.
Solo en la primera ola se llegaron a contabilizar tantos positivos. Desde el 14 de marzo al 9 de abril se notificaron 344 positivos. Una cifra muy elevada a pesar de que escaseaban los métodos diagnósticos y en los centros sanitarios se utilizaban los test rápidos (de pinchazo en el dedo) de dudosa fiabilidad.
Posteriormente se incorporaron protocolos como cribados masivos mediante serologías (búsqueda de anticuerpos en la sangre) o la obligación de someterse a una PCR cuando un trabajador se reincorpora de vacaciones o una ausencia de más de dos semanas.
Durante los meses de verano se produjo un reajuste en las estadísticas y se eliminó de la lista a cerca de 100 trabajadores que se habían contagiado, pero no habían sido diagnosticados mediante PCR. Aún así, el incremento ha sido constante, pasando de 433 positivos desde el 9 de junio hasta los 1.175 que estaban ayer incluidos en este informe.
