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Joel del Brío, en el Hospital de Salamanca, después de sufrir un accidente con su moto.
El día que Joel volvió a nacer: «Me fallaron las piernas y empezó el terror»

El día que Joel volvió a nacer: «Me fallaron las piernas y empezó el terror»

El salmantino sufrió en agosto un accidente con su moto en Mogarraz

Celia Luis

Salamanca

Lunes, 16 de septiembre 2024, 10:56

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«Dicen que existen dos tipos de motoristas: los que se han caído y los que se van a caer. Pero solo los que nos hemos levantado sabemos que esto es parte de nuestra pasión», expresa Joel del Brío, un joven de 24 años que el pasado 17 de agosto volvió a nacer.

Circulaba por el kilómetro 30 de la carretera SA-220, a la altura del término municipal de Mogarraz cuando sobre las 12:00 horas de la mañana se despistó y se salió de una curva: «Iba con un amigo a las fiestas de Nava de Francia, el pueblo de otro amigo, y le propuse ir por esa carretera para curvear un poco. Él iba delante, en un segundo me despisté, no me coloqué bien, se me cerró la curva, quise recuperar la posición para no meterme en el otro carril, tumbé de más, toqué la línea y me fui contra el quitamiedos, el golpe fue gordo...».

Su amigo siguió su camino hasta que sintió que Joel no iba detrás, en ese momento se dio la vuelta y se lo encontró debajo de la moto junto al quitamiedos de la carretera de la Sierra de Francia, un punto negro para los motoristas. «Me acuerdo de estar mirando a la vía y de repente mis piernas se fueron hacia arriba, de la adrenalina me quité el casco y los guantes—un acto incorrecto en caso de accidente—, me puse a gritar e intenté ponerme de pie, pero me fallaron los piernas y ahí empezó el terror, tuve miedo... y a los segundos perdí la conciencia».

Cuando recuperó el conocimiento tuvo la suerte de que ya le estaban socorriendo y una ambulancia le trasladó con rapidez al Hospital de Salamanca. De camino al centro hospitalario quiso llamar a su familia: «No es lo mismo decirle a tus padres que has tenido un accidente a que se lo diga un tercero. En el segundo caso significa mal asunto y quería que me escuchasen a mí, que estuvieran tranquilos», explica Joel.

Aunque realmente hasta que el TAC y las diversas pruebas no dieron un resultado positivo, su familia no respiró. «Cuando les dijeron que no tenía lesiones en la cabeza se quedaron más tranquilos». Heridas, contusiones por todo el cuerpo y rotura en el pie, tobillo derecho y en la rodilla izquierda, son algunas de las lesiones que posee tras el accidente. «Tuve la suerte de chocar contra el quitamiedos doble, el otro suele ser letal», añade el joven.

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Lleva tres años conduciendo motos, primero tuvo una de 125 centímetros cúbicos y después una Yamaha MT-07 de 700cc con la que podría haber perdido la vida. A pesar de ello, está deseando recuperarse para volver a rodar, aunque no sabe cómo reaccionará cuando vuelva a tomar una curva por la sierra: «Mis padres me han planteado dejarla, pero yo no. Ahora tendré más respeto y prudencia, pero no voy a dejar de montar». La recuperación está siendo «muy dura», pues es un joven muy deportista y hasta hace pocos días ha estado postrado en silla de ruedas: «Se me está haciendo muy lento porque soy una persona muy activa, menos mal que he empezado a andar con muletas. Encima me ha coincidido con los meses de más calor».

Trabaja en el Ejército y es árbitro. «Estoy de baja y el traumatólogo me ha dicho que mínimo tres meses, aunque se alargará si me tienen que operar..., lo estoy pasando mal porque hacía ejercicio todos los días, por la mañana en mi trabajo y por la tarde en el gimnasio», lamenta.

Para él las motos le hacen «sentirse vivo», le aportan «sensación de libertad», «adrenalina»: «No soy capaz de subirme a atracciones, pero sí de pilotar una moto totalmente desprotegido, la sensación que trasmite no se consigue subiéndose a un coche», cuenta, a la vez que es consciente de lo peligrosas que son y más en las carreteras nacionales: «A los motoristas nos gusta la sierra, las sensaciones de las curvas no tienen nada que ver a la ciudad». Recalca que el mundo de las motos es «muy bonito, pero muy peligroso»: «En palabras claves: te puedes morir, quedar cojo, parapléjico... Por eso hay que tener cuidado y circular con control y cabeza porque te puede cambiar la vida incluso cuando circulas correctamente».

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