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Uno de los principales contratiempos del apagón del pasado lunes —por encima, incluso, de la ausencia de electricidad— fue la caída de los teléfonos. Las torres de telefonía también dejaron de funcionar y la población no podía llamar ni utilizar datos móviles para comunicarse.
La incomunicación generó una gran sensación de desconcierto y vulnerabilidad, pero más allá de no poder saber cómo se encontraban los seres queridos (que solo es una duda), el mayor problema fue el de no poder pedir ayuda.
Los profesionales del transporte sanitario lamentan «que haya tenido que suceder algo así para darse cuenta de que las ambulancias de Castilla y León no estaban preparadas, porque se comunican a través de móviles, y el lunes no funcionaron».
El presidente del sindicato SP-TES, José María García, reitera que «uno de los requisitos en el último contrato que firmó Sacyl con la empresa adjudicataria del servicio de ambulancia era que los vehículos contaran con emisora de radio o con móviles vía satélite, pero ni la empresa ha instalado emisoras, ni Sacyl se ha preocupado de vigilarlo, a pesar de que la normativa europea lo exige«.
Los técnicos del transporte sanitario aseguran que «el apagón fue un auténtico caos para las ambulancias, tanto las de Emergencias como el transporte programado».
¿Cómo se enteraban las ambulancias de que tenían que acudir a un servicio si los teléfonos móviles no funcionaban? «La solución fue que la Policía nos viniera a avisar a las bases en las que estamos aparcados, como hospitales y centros de salud. La Policía, que utiliza emisoras, recibía las instrucciones del 112 y ellos nos mandaban a los sitios«, relata García, que añade un problema: »No era posible ir de un servicio a otro, sino que entre cada servicio había que regresar a la base para conocer el siguiente destino«. Los profesionales del transporte sanitario son conscientes de que el sistema ralentizó el servicio y ya han solicitado una reunión con la empresa adjudicataria del transporte sanitario de Sacyl para pedir que tomen nota de la emergencia y doten a cada vehículo de una emisora. »Solo en Salamanca son cerca de un centenar de vehículos, entre los 25 de emergencias, otros 3 o 4 de reserva y unas 70 ambulancias de transporte programado«, calculan.
En ese futuro encuentro —previsto para después del puente—, también se quiere trasladar otra inquietud: «No solo falló la comunicación, sino que tampoco habría sido posible repostar los vehículos porque también dependen de la electricidad. Este es un problema que afectó a toda la población y a todas las gasolineras, pero en el caso de las ambulancias debería existir una alternativa. Dentro de lo malo, en Salamanca solo fueron tres horas, pero otras provincias han estado hasta la madrugada sin electricidad».
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