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La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), presidida por el salmantino Ignacio Dávila —jefe del Servicio de Alergología del Hospital de Salamanca—, presentaba su previsión sobre la intensidad de la temporada alérgica de esta primavera-verano a finales del pasado mes de marzo y los pronósticos para Salamanca no fueron nada halagüeños.
El hecho de que los meses de enero y febrero no hayan sido excesivamente fríos —con pocos días de temperaturas bajo cero—, unido a las intensas lluvias de marzo, ha derivado en «la aparición de gramíneas intensa». Por ello, los expertos pronosticaban una temporada «entre moderada e intensa» en Castilla y León. «El nivel de los pólenes en el centro peninsular será variable en cuanto a la concentración de gramíneas, oscilando entre los 1.000 granos/m³ en Teruel, Zaragoza y Huesca; los 3.000 granos/m³ en Madrid y en ciudades de Castilla y León y más de 5.000 granos/m³ en Toledo y Ciudad Real», adelantaban.
En el caso concreto de Salamanca, Dávila consideraba que la provincia se acercaría más a índices intensos que a moderados. «Hasta ahora, el plátano de sombra y los cipreses no han dado mucha guerra porque ha llovido muchos días, pero, en cuanto haga buen tiempo, va a ser una temporada intensa en la zona centro de la península. La previsión es de 3.000 granos por metro cúbico, pero, en Salamanca, posiblemente, serán más«, añadía.
Y es que la estación de recogida de pólenes que la Sociedad Española de Alergología tiene en Salamanca ya refleja esta tendencia al alza: el nivel de granos por metro cúbico está subiendo desde la semana pasada. La última actualización, correspondiente al domingo, registraba un acumulado de 304 granos por metro cúbico, con especial incidencia del polen de pino y plátano de sombra, además de restos de polen de quercus.
De hecho, la previsión de Sacyl alerta desde este viernes a las personas sensibilizadas al polen de plátano de sombra, con una intensidad moderada en toda la Comunidad. Respecto a los síntomas de la alergia, hay que destacar que pueden confundirse con los de las infecciones respiratorias: congestión, sensación de ahogo, conjuntivitis —también frecuente en casos de adenovirus—, fatiga, etc. «La clave está en la fiebre. Cuando hay dolor muscular y fiebre, estamos ante una infección porque la alergia no produce eso», explican los facultativos.
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