El pueblo salmantino orgulloso de tener uno de los paisajes más espectaculares de Europa

Las Arribes del Duero son ricas en miradores en los que contemplar el cañón que hace el río que une y separa España y Portugal desde una cierta altura. Es la mejor forma de apreciar la dimensión de uno de los paisajes más espectaculares que se pueden ver en Europa.

Pero lo que no es tan habitual es poder descender a pie de río para tener una perspectiva diferente y muy enriquecedora. La playa del Rostro en Aldeadávila, el muelle de Vega Terrón o algunos tramos de la ruta de los Piconitos en Villarino son buenos ejemplos. Pero si hay un paraje verdaderamente especial en el que tocar las aguas del Duero ese es el embarcadero de La Barca en Vilvestre.

Se puede acceder a él cómodamente en vehículo por una pista asfaltada, ya que está a solo cinco kilómetros del casco urbano. También existe un sendero señalizado para los que opten por caminar. La Barca es un paraje delicioso especialmente en los meses de primavera.

Rodeado de chumberas y naranjos aprovechando las benévolas temperaturas que siempre registran unos cuantos grados más que en el resto de la provincia. Existe un merendero perfectamente habilitado y muy cuidado y allí se puede coger el barco que Vilvestre comparte con el municipio portugués de Freixo de Espada à Cinta.

Un magnífico paseo de una hora de duración que alcanza del mirador de La Code en Mieza y que brinda la posibilidad de contemplar la flora y fauna de la zona desde una perspectiva diferente.

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