Pagar un taxi para ir a sacar dinero. La odisea de la Salamanca rural
Los mayores son los grandes perjudicados por la falta de cajeros automáticos en los pueblos y recurren, por lo general, a familiares y vecinos
Viernes, 6 de agosto 2021, 21:05
La falta de sucursales bancarias y cajeros automáticos en más de 300 pueblos de la provincia salmantina tiene como grandes perjudicados a los mayores. “El día que cobro la pensión saco un poco para ir tirando y cuando lo gasto tengo que echar mano de los hijos para que me traigan a Peñaranda al banco, no queda otra”, explica un vecino de Cantaracillo que este jueves aguardaba su turno a las puertas de una sucursal bancaria en la plaza de España.
“Andar con temas de dinero es delicado y si no son familiares directos o gente de mucha confianza a los mayores les cuesta pedir el favor de que les lleves a sacar dinero. Hay veces, incluso, que si no hay nadie en ese momento que les puede llevar y traer de nuevo tienen que llamar a un taxi y otro gasto más para personas que a lo mejor viven de una pensión pequeña”, comenta una señora de Vitoria que veranea en la comarca peñarandina.
Iván Ramos, teniente alcalde de Campo de Peñaranda, comenta por su parte: “En nuestro pueblo nunca ha habido banco ni cajero. Antes, hace ya años, la mayoría de los vecinos eran clientes de una misma caja y lo que hacía uno de los empleados era pasar por el pueblo dos días a la semana por si la gente quería dinero, era un “cajero andante” en esa época. Ahora ya para acceder al dinero en efectivo tenemos que ir lo más cerca hasta Peñaranda, a unos 11 kilómetros”, comenta. Por lo general, y esta época de verano, vecinos y visitantes de los pueblos que no cuentan con puntos de acceso directo al efectivo suelen aprovechar los días de mercado en las grandes cabeceras comarcales, precisamente para hacer gestiones bancarias y sacar dinero.
“Yo no sé manejar el cajero automático y antes no había problema en ir a la oficina y que te dieran el dinero, ahora en muchos bancos te dicen que hay que hacerlo en el cajero y para la gente de mi edad ya no están hechos estos inventos”, asegura otro vecino de Aldeaseca de la Frontera que también acudió este jueves al mercadillo peñarandino.
Algo tan básico como sacar dinero se convierte, por tanto, para algunos en una odisea.