La ruta que esconde una cascada y una antigua plaza de toros en Candelario
El paraje de la Garganta del Oso esconde uno de los mejores saltos de agua de la provincia de Salamanca y, además, un antiguo coso taurino sin uso pero bien conservado
Jueves, 16 de septiembre 2021, 20:48
La belleza de las calles de Candelario es bien conocida por turistas y visitantes que se pierden en sus cuestas para disfrutar de la singular arquitectura de la villa, que guarda las construcciones tradicionales con sus características batipuertas y otras con toques modernistas de principios del siglo XX.
Sin embargo, su término municipal también guarda grandes tesoros con espectaculares parajes como Hoya Moros en la Sierra de Candelario, la Dehesa, Los Canalizos y Puente Nueva, entre otros. Sin embargo, existe otra zona también muy conocida que guarda un tesoro vinculado a la tradición taurina. Se trata de la Garganta del Oso, una de las cascadas más bonitas de la provincia de Salamanca enmarcada en una ruta que permitirá conocer otros secretos de la zona
La ruta circular se puede iniciar desde Los Pinos en Béjar o directamente desde la carretera que une las localidades de Candelario y Navacarros. A aproximadamente tres kilómetros de la villa candelariense, en coche o andando, nace en la parte derecha en dirección a Navacarros una pista forestal para acceder a La Garganta del Oso, que cuenta con señalización propia. La pista forestal llega hasta un puente sobre el río Barquillo y, una vez cruzado, sale otra pista forestal hacia la izquierda para llegar a la cascada. Desde ese mismo punto, pero en sentido hacia Candelario, siguiendo la pista forestal y a kilómetro y medio, es necesario coger una senda por la que se accede a la plaza de toros de Toribio. Explica Antonio Hinojal, de Candelario, que ese sendero fue el que “utilizaban los trabajadores para regresar a El Tremedal desde Candelario después de las labores de la matanza”. Fue construida en los años 50 como lugar para realizar tientas y herraderos de las vacas. Se ubica en una finca privada hasta la que los vecinos de Candelario invitados subían para disfrutar de los festejos taurinos que organizaba Antonio Toribio Martín. Durante dos décadas, allí se vivieron grandes jornadas de convivencia y toros aunque lleva ya muchos años abocada al olvido. Tiene planta circular con burladeros construidos a partir de la piedra del entorno bajo robles y castaños que conservan ese tesoro por el que el paso del tiempo ha dejado su huella aunque se encuentra en un estado aceptable.
En ese punto, se puede acceder a Candelario, que se encuentra a unos veinte minutos a pie por un camino empedrado que nace o, en este caso, termina en la parte superior de la localidad, donde se pueden visitar los antiguos lavaderos recientemente rehabilitados. La ruta se puede culminar de nuevo en Béjar regresando por el camino que deriva en La Canaleja y, de nuevo, a Los Pinos.
¿Cómo llegar?
La ruta más larga puede iniciarse en el paraje de Los Pinos en Béjar para llegar hasta la Garganta de Oso y regresar a Béjar por La Canaleja en un recorrido con unos doce kilómetros de longitud. Existe una segunda opción que es coger el acceso hasta la garganta desde la carretera que une las localidades de Navacarros y Candelario para enlazar de nuevo con ese tramo en la parte alta de villa. Esta ruta, más corta, tiene unos seis kilómetros de longitud. Son rutas sencillas para realizar en familia.