“En los asentamientos se sobrevive sin luz ni agua pero con dignidad”: El testimonio del ‘héroe’ peñarandino de los temporeros
Trabaja en un instituto de Huelva y colabora con la asociación que abrirá en Lepe el primer albergue para personas migrantes sin hogar, en su mayoría temporeros
Domingo, 31 de enero 2021, 19:12
Juan Guillermo Clavo, profesor peñarandino en Huelva, es desde hace más de una década uno de los héroes anónimos que ayuda a los inmigrantes en su día a día en los asentamientos de Lepe.
–Casi un año después de que el COVID transformara el mundo, ¿cómo se vive en los asentamientos de los temporeros?
–En los asentamientos se vive igual que siempre, se mezcla la alegría africana con la carencia de necesidades básicas y bienes materiales. Se malvive, se sobrevive sin agua, sin luz, pero con mucha dignidad. En cada chabola vive una persona que se hace invisible después de haber recogido las frutas que a diario nos llegan a la mesa. El trabajo es el mismo, las frutas hay que recogerlas en época de COVID también. Ahora son aún más difíciles todos los trámites burocráticos. Si antes era complicado pedir cita en Extranjería para regularizar la situación, ahora lo es mucho más.
–¿Qué supone el nuevo albergue que está a punto de abrir?
–En Lepe y en toda la provincia de Huelva hay miles de personas que vienen a recoger la fruta que nos comemos. A muchas de ellas “se” les quemaron las chabolas tras más de cinco incendios en verano. ASNUCI, la asociación de Nuevos Ciudadanos por la Interculturalidad, con la que colaboro desde hace unos años, tiene la sede en Lepe y ha tenido la iniciativa de construir el primer alojamiento temporal para personas migrantes sin hogar. Esto lo ha hecho una asociación pequeña, sin ningún respaldo institucional, con la aportación de más de mil personas anónimas. El alojamiento es la prueba de que si se quiere se puede. Muchos granos de arena hacen el mar, esto demuestra que un proyecto utópico puede hacerse realidad. A la Administración a veces hay que ofrecerle las soluciones porque o no las ven o no las quieren ver. Abriremos en los próximos días y vivirán unas 50 personas que pagarán una cuota mensual, de tal forma que el alojamiento se autogestione.
–¿Qué le aporta personalmente ayudar a los que menos tienen?
–No considero que sean los que menos tienen, el tener no es algo que se mide por la riqueza material. Para mí es una suerte vivir tan cerca de tanta riqueza multicultural. A veces buscamos a miles de kilómetros lo que tenemos al lado de casa. Ir a los asentamientos para mí es un pequeño viaje a aprender otros idiomas, a descubrir la cultura rastafari, a empaparme de multiculturalidad, a conocer música como la de Tiken Jah Fakoly, a descubrir. Tengo muchos amigos africanos, estamos todos en la lucha. No considero que vaya allí a ayudar, a veces das, a veces recibes. En la asociación donde colaboro se trata de empoderar a las personas y no darles caridad.
–Con la situación actual, hay casos de personas que quieran retornar a sus países o prefieren seguir aquí a pesar de todo?
–A todos nos encanta retornar a nuestros pueblos y ciudades en vacaciones. Hay acuerdos en algunos países y las personas que tienen papeles pueden volver, pero los que no, tienen que estar aquí. Esto es consecuencia del racismo institucional, de leyes y realidades injustas. Podemos entender que haya españoles que se vayan a otros países para pagar menos impuestos, pero nos cuesta entender que vengan a España personas para tener una vida mejor.
–En la comarca de Peñaranda, de donde procede, hay también en distintas épocas del año temporeros de la fresa, de la patata...¿qué les diferencia de los de Huelva en cuánto a condiciones de vida?
–Quizás en el sur de España la producción es mucho mayor y se necesita más mano de obra. En la comarca de Peñaranda pienso que hay menos flujo de personas, entonces pueden tener acceso a viviendas dignas. Aún así hay un denominador común: la precariedad laboral para los más vulnerables. Me parece intolerable que veamos normal un sistema donde los empresarios e intermediarios se enriquezcan mientras el que trabajada la tierra apenas tiene derechos laborales. Las condiciones de vida de los trabajadores sin papeles son las que son en toda España.