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La pasión extremada por la literatura me hirió muy pronto, y fue creciendo hasta leer la “Guía espiritual de Castilla”, de José Jiménez Lozano, cuando no conocía la llamada “Capilla Sixtina del arte mozárabe”, la ermita de San Baudilio de Berlanga (Soria), con la que empieza ese peregrinar del escritor abulense por las tierras de Castilla. JJL, fallecido el lunes, era la pasión por la literatura y por lo castellano. Obtuvo el Cervantes/Aznar en el 2002. En su discurso tengo subrayado una mano “entumida”, expresión charra. El entonces director de la RAE, catedrático de Salamanca, García de la Concha dijo acertadamente que Jiménez Lozano era un castellano viejo, un humanista cristiano confeso, y un letraherido. Uno, afectado por las heridas literarias, leyó esa palabra por vez primera en Umbral, aunque dicen que quien la trasladó del catalán lletraferit fue Gil de Biedma, que por cierto estudió en Salamanca.

Y me dije: ¿Capilla Sixtina, San Baudilio, más de mil años, y tenemos en Salamanca la Plaza, ¿el palacio y la iglesia de San Boal y las rogativas de algunos labriegos? Debía ir a Casillas de Berlanga a ver esa joya. Nadie me habrá visto tostándome en las Islas Seychelles, recibiendo un masaje en Tailandia, ni en Marbella. Mas fácil coincidir en Bonilla de la Sierra, Pastrana, o Albarracín - mi última salida -, cuyas empinadas calles me avisaron silenciosamente que ya era tiempo de retirarse. Esa vieja, expoliada ermita, es clave en la historia castellana. Ignoraba que, al correr de los años, parte de las pinturas de allí arrancadas y vendidas, iba a contemplarlas en el formidable Museo de Boston, en una de las visitas a mi hijo.

Con el nombre del mártir he conocido - además de los inmuebles de nuestra Plaza de San Boal -, a dos personas: Baudilio Tomé, “el tanque leonés”, diputado de UCD, al que por su contundencia echábamos a pelear con la oposición en las cuestiones más abruptas; y el sencillo Baudilio, de algún relato de Delibes. Y gracias a la pluma de JJL he sabido como se puede escribir magistralmente en castellano, mucha historia de España y algunos lugares vitales de nuestra Comunidad. Debía expresar mi gratitud a ese letraherido que se nos fue ayer. Afortunadamente sigue en sus libros.

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