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La inferioridad moral de la izquierda

Sábado, 23 de noviembre 2019, 04:00

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Vaya por delante que, como la inmensa mayoría de los españoles, detesto cualquier forma de corrupción política, venga de donde venga. Mi rechazo absoluto a los saqueos de los Pujol; a los desafueros en la Gürtel de demasiados miembros del PP - que ha pagado electoralmente tan caro –; y ahora al escándalo del PSOE con los ERE. Quede igualmente clara mi repugnancia a personalidades que aprovecharon su influencia política para enriquecerse o favorecer familiares y amigos. Pero hoy es tiempo de avergonzarse del PSOE, si, ¡del PSOE!, coño, no solo el vigoroso de Andalucía - la joya de la corona socialista -, que llevó en volandas a Felipe González y a Zapatero al poder. El PSOE partido nacional, con la “E” de España, que han presidido un presidiario, Griñán (2012-2014), y un chorizo ceutí, Chaves (2000 a 2012). ¿Recuerdan a Rubalcaba, para el que – copio literalmente -, “España no se merece un gobierno que mienta”? Digo yo que menos el gobierno de una partida que haya metido la mano, y hasta el codo, en las ayudas de los parados. De él se dijo, “Rubalcaba, si te vuelves te la clava”. Bueno, pues era un aprendiz al lado del experto en falsedades, traiciones, imposturas, y jabetazos, que es Pedro Sánchez (un meme dice que la CIA ha puesto a buen recaudo a la madre, por si intenta venderla).

El PSOE sostiene que ni Griñán ni Chaves se han llevado un euro a casa. El falaz argumento defensivo ha sido alentado masivamente por los tuiteros del partido, sus comentaristas afectos, y amigos como el granuja de Bono, que tuvo un desliz genial: “Pongo la mano.” (en muchos hogares de la patria debió escucharse, “¡eso, eso!, ponéis la mano”, el cazo). Tal sofisma exculparía a todos los delincuentes que no se lucraran económicamente de su homicidio, aunque violen, calumnien... ¿Me quiere explicar algún socialisto que es peor?: O trincar directamente en papel moneda, como la hija de Chaves, el chofer, el churrero...; o pagar clientela política, drogas, putas, mariscos, a manos llenas, en cantidades ingentes e irrecuperables. El unte tuvo por finalidad lucrarse ganando elecciones compradas, merced a las que volvían a ocupar poltronas bien remuneradas, y hasta palacetes. ¿Recuerdan los socialdemócratas engreídos como ponían a parir a Ana Mato – con bastante razón -, que no veía siquiera, ni preguntaba, por los coches de alta gama que aparcaba su marido en el garaje familiar? Esa misma ceguera la padece hogaño el PSOE.

Otro “argumento” que produce vergüenza ajena, es que los condenados ya no están en el PSOE. ¡Por los clavos de Cristo!, que decía mi padre. No es cuestión de una cartulina plastificada. Es que durante los mandatos de Chaves y Griñán ¡en el ámbito nacional!, en España – presidentes del partido, ministros...-, y también como presidentes de la Junta Andaluza, se cepìllaron alevosamente (no se si exclamando “¡ancha es Castilla!”), los controles públicos y tejieron impunemente las redes delictivas que aseguraban elección tras elección, gracias a la fidelidad de los subvencionados, que decían expresivamente “yo trabajo en la pesoe”. Juan Lanzas ensartando una añoja en un gigantesco espeto, asándola con billetes de curso oficial, y repartiendo tajadas entre sus compadres de UGT y el PSOE. Pidamos el Lazo de la Orden de Isabel la Católica para su madre, que confesó ingenua pero certeramente el botín amasado por su espabilado hijo: “Como para asar una vaca”. Frase para la historia de UGT y del PSOE, que los hundió mas en esa inferioridad moral, donde ya estaban desde la Revolución de Octubre del 34. Por más que uno crea que la altura moral no es cuestión de colectivos, donde puede aparecer alguna manzana podrida, sino patrimonio individual. Desde que soy hombre he combatido la cacareada e infundada superioridad moral “de la izquierda”. Tururú.

Nunca he entendido como algunos amigos socialistas, razonables, pueden defender a un granuja de la talla de Sánchez, callado como una puerta desde la Sentencia. Me consta que muchos se abochornan a oscuras y en silencio, y otros hacen pública su discrepancia, como ilustres miembros de las “Senectudes Socialistas”: Felipe, Guerra, Paco Vázquez, Corcuera...Los últimos Leguina y Redondo, que como miembros de la plataforma “La España que reúne”, promueven un manifiesto oponiéndose al pacto de su partido – más bien de Sánchez, sin contar previamente con nadie -, con Unidas-Podemos. Manifiesto con el que están de acuerdo personalidades tan poco dudosas como Savater, Albiac, Vargas-Llosa, Boadella...Y este modesto opinante. Aunque solo sea por estética: los marqueses de Galapagar, ministrables, pillados cometiendo vilezas laborales con una empleada del hogar. El comunista Iglesias, vicepresidente. ¡Tómaaaa...! Si eso sucediera, pobre España.

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