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CHURRAS Y MERINAS

Los trenes y el 21 de enero

Como si de los sanfermines se tratara, el día 21 todos a la Plaza con el periódico bajo el brazo

Domingo, 14 de enero 2024, 05:30

El 26 de marzo de 1905 doña Emilia Pardo Bazán estuvo en Salamanca con motivo del homenaje que se tributó a la memoria de Gabriel y Galán. La insigne gallega alabó en un discurso la universidad salmantina, a la que definió con estas palabras: «La más española, la más libre y democrática de las universidades es la de Salamanca». Sin embargo, lamentó el abandono que se traslucía a primera vista en algunos de los monumentos de una ciudad cuya arquitectura «aturde, marea de admiración». Hubo otro aspecto que también llamó su atención: las malas comunicaciones y los deficientes enlaces que padecían las redes ferroviarias, lo cual suponía, según la excelsa dama de las letras, grave quebranto para lo que podría ser un «hormigueo de turistas». Casi ciento veinte años después, lo del hormigueo de turistas es una floreciente realidad, pero las conexiones por vía férrea siguen padeciendo notorias carencias.

Circula un manifiesto convocando a una concentración el domingo 21. Los argumentos de ese escrito parecen suficientemente razonables como para tomarlo en serio y respaldar el comunal clamoreo que el asunto merece. Esta región no puede quedarse en el furgón de cola del occidente nacional, triste privilegio compartido con Extremadura, que de trenes también saben un rato nuestros vecinos del sur. El llamado corredor Ruta de la Plata ni lo vamos a ver nosotros ni nuestros nietos. Pero ¡ay! si se tratara de «els nostres serveis de Rodalies». Ahí la cosa sería muy distinta, teniendo como defensor de la causa nada menos que a quien de verdad gobierna en España: el molt honorable president Puigdemont. Nos queda, eso sí, el recurso de echar al Tormes unos montoncitos de pélets de plástico, a ver si así, los unos por los otros y los otros por los unos, se acuerdan de que existimos.

Ahora, el eximio ministro de la Cosa que se Mueve dice que podríamos ahorrarnos la concentración del 21 en la Plaza Mayor, porque en breve vamos a tener trenes a porrillo en Salamanca. Como si a estas alturas uno se creyera las promesas de los políticos en general y de alguno, como el de la Cosa Con Ruedas, en particular. Que no se mofe este sujeto de una tierra ya de por sí bastante humillada y escarnecida.

Como si de los sanfermines se tratara, el día 21 todos a la Plaza con el periódico bajo el brazo. Porque la falta de trenes afecta al conglomerado social salmantino, sin excepción de partidos políticos, grupos, grupúsculos, entidades, asociaciones y organizaciones cívicas. Porque todos los sectores productivos (agrícolas, ganaderos, industriales, empresariales, hosteleros, turísticos, etc.) se ven afectados cada día. Porque de nada sirve el estoicismo impávido o la resignada quejumbre. Porque no nos resignamos a permanecer sentados en el desolado apeadero de la historia.

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