Borrar
DE CALLE

Fuego amigo

El portazo de Guardiola en Extremadura pone en un brete a Mazón, y de rebote también a Mañueco, por sus pactos con Vox

Jueves, 22 de junio 2023, 05:05

Comenta

La constitución de los ayuntamiento, diputaciones y gobiernos regionales, sumada a la ardiente precampaña para las elecciones generales, está dando mucho juego, mucha chispa y mucha bronca, como corresponde a un país donde los contrarios políticos son enemigos feroces y los compañeros de partido son todavía peores que los de enfrente, porque ahí con ellos se juegan el cocido y los sillones.

Quizás el Ayuntamiento de Salamanca sea uno de los escasos remansos de paz entre tanta algarabía. El alcalde hace y deshace a placer, mientras la vieja-renovada oposición sigue con síntomas depresivos.

Hay mucha más tensión en La Salina, sobre todo en la puerta de acceso. Los ediles socialistas, entre el enfado y el desencanto, están a punto de estallar y algunos han mandado al partido al carajo ante el imperio del dedo que rige en el PSOE salmantino, donde los jugosos cargos de diputado provincial son concedidos digitalmente, por encima de votos, méritos y trayectorias. Por cierto, lo mismo ocurre en las filas populares, solo que allí los efluvios de la victoria ejercen de calmante y entierran cualquier atisbo de insurrección. La elección de diputados escuece en la piel de los alcaldes olvidados, pero no es el momento para abandonos ni aventuras, ahora que por fin en Génova han dado luz verde a la continuidad de Javier Iglesias como presidente de la Diputación. Parecía cantado, pero en este nuevo PP nada ni nadie está seguro hasta que los nombramientos se confirman.

Así que llegará también la paz a La Salina y disfrutaremos de una aburrida, y esperemos que productiva, legislatura de mayorías absolutas en la institución provincial y en el Consistorio de la capital.

La relativa calma en Salamanca contrasta con el continuo alboroto nacional. El vodevil continúa cada día con nuevos y más divertidos protagonistas. Tras la sorpresa del pacto exprés en Valencia, los candidatos de PP y Vox sigue proporcionándonos momentos de gloria, empeñados como están en inventar una nueva fórmula cada vez que les toca negociar. El colmo del despropósito ha llegado en Extremadura, donde la número uno del PP le niega el pan, la sal y la mano al representante de Vox, para contento y regocijo de los socialistas, que por fin ven un clavo ardiendo al que agarrarse para recuperar terreno ante el 23-J. La señora Guardiola se ha convertido en la mejor agente electoral de Pedro Sánchez. De paso, la futura líder de la oposición extremeña ha puesto en un brete a Mazón en Valencia, que según Guardiola habría pactado su gobierno con una gente «que niega la violencia machista, deshumaniza a los inmigrantes y tira a la papelera la bandera LGTBI» (Pablo Iglesias lo hubieran firmado). Y no solo a Mazón: alguien podría pensar que vale lo mismo para los dirigentes de Vox con quienes Fernández Mañueco pactó en Castilla y León. Pero entonces habría que preguntarle, ¿cuántos violadores ha sacado a la calle la Junta, a cuántos inmigrantes se ha denigrado en esta Comunidad, y cuántas banderas arcoíris ha visto usted en las papeleras de esta tierra, señora Guardiola?

En fin, que el peor enemigo es siempre el compañero de partido. Con lideresas populares como la extremeña Sánchez no necesita ni esforzarse en la precampaña. Parece que se lo ha tomado a cachondeo y ahora se dedica a entrevistar a sus ministros, para obligarles a reconocer todo lo mucho, muchísimo, bueno que han hecho el Gobierno sanchista y sus compadres de Podemos, ERC y Bildu. Al del Falcon nunca le dio asco pactar con quienes, al contrario que Vox, sí tienen las manos manchadas en sangre y llevan la traición a España marcada en la frente.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lagacetadesalamanca Fuego amigo