Ya era hora, Carbayo
Se echaba de menos una denuncia contundente del PP salmantino contra el Gobierno por el castigo al que somete a Salamanca
Ya se echaba de menos una denuncia contundente del PP sobre el castigo al que el Gobierno sanchista viene sometiendo a Salamanca durante los últimos cinco años, y Carlos García Carbayo vino a reparar esa inexplicable negligencia el pasado viernes en la rueda de prensa previa al Comité Ejecutivo provincial del partido.
La acumulación de olvidos, retrasos, desplantes y promesas incumplidas ha llegado a un nivel insoportable, que requería una denuncia categórica como paso previo a medidas de presión en las instituciones y en la calle. Porque debemos confiar en que los populares no se quedarán en el lamento y pasarán a la acción. De lo contrario, el pataleo no habrá servido de nada ante un Pedro Sánchez que ni escucha ni atiende a quienes no sean sus queridos golpistas, proetarras y comunistas.
Carbayo se quejó amargamente de la racanería del Ejecutivo de la nación con esta tierra, a la que regatea cada euro mientras financia con prodigalidad a los rebeldes catalanes y los secesionistas vascos. En esa lista de agravios el presidente provincial del PP y alcalde de la capital colocó en lo más alto la supresión de la cuarta frecuencia del Alvia y consideró «insultante» que haya uno de esos trenes aparcado en Vialia durante el tiempo en que debería hacer el trayecto de ida y vuelta a Madrid, como denunció LA GACETA en su edición del pasado miércoles. Un empeño por castigar a Salamanca que está haciendo que la provincia pierda oportunidades de inversión, turistas, estudiantes y congresos.
Al tren 'robado' a Salamanca sumó el líder popular otros desprecios permanentes durante el quinquenio negro del sanchismo: el retraso (paralización más bien) de la electrificación de la vía férrea a Portugal, «clave para el Puerto Seco»; el enlace de Buenos Aires «abandonado a su suerte», el olvido de la Casa de la Ciencia o el retraso en la ampliación Centro de la Memoria Histórica.
Se le olvidó hacer mención de la marginación de Salamanca en el PERTE del Español en favor de La Rioja, premiada sin méritos para ello con 45 millones de euros frente a los 2,5 concedidos a esta provincia, líder indiscutible de la enseñanza del castellano. Y también pudo hurgar en la herida con la decisión de Correos de suprimir el servicio nocturno que permite a los pueblos de la provincia recibir los periódicos. Lo primero clama al cielo (de Salamanca) y lo segundo (denunciado también en este periódico el pasado viernes) supone un golpe bajo a la vida en el mundo rural que hubiera merecido una censura firme del presidente del PP de Salamanca.
De todas formas, resulta comprensible que Carbayo se dejase agravios en el tintero, porque la lista hubiera dado, no ya para una rueda de prensa, sino para una conferencia de cuatro horas.
Más incomprensible es que su colega en el PSOE, con cargo no de presidente sino de secretario provincial, se olvidara de reclamar la cuarta frecuencia del Alvia en su reunión con el Ministerio de Transportes. David Serrada no trató el asunto con el director general de Transporte Terrestre y se limitó a negociar mejoras para la comunicación por autobús de Béjar con Madrid.
El líder de los socialistas salmantinos nunca debió aceptar un encuentro donde no se aborden las principales reivindicaciones de esta provincia ante la ministra Raquel Sánchez. Siendo grave la mala conexión de los bejaranos, el asunto que está lastrando de forma irreversible el desarrollo de Salamanca son las malas comunicaciones con Madrid y Portugal. Dejar de lado esa exigencia de pura justicia solo puede interpretarse como un insulto a los salmantinos. Uno más.