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LA TRASTIENDA

Marruecos al fondo

Las relaciones entre España y Marruecos son, en principio, bilaterales y con muchos frentes abiertos

Viernes, 14 de julio 2023, 05:30

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Primero, la noticia, muy importante, a la vez que desconocida. Hace unas semanas coincidieron Feijóo y la embajadora de Estados Unidos en España. En un momento dado, esta última quiso explicar al líder del PP el estado de las relaciones entre su país, Marruecos y España, dando por hecho que el gallego estaba al tanto, por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, de cómo andan las cosas entre nosotros y el vecino del sur.

Llegados a ese punto, Feijóo dijo a la representante «yanqui» que él no tenía información sobre lo que pasa entre España y Marruecos, algo que dejó atónita a la enviada por la Administración Biden a Madrid.

Acto seguido, esta última dio marcha atrás en su propósito inicial, a la espera de que Pedro Sánchez proporcione la información correspondiente sobre un asunto de Estado, como el que nos ocupa, al líder del principal partido de la oposición, que puede ser, además, el próximo inquilino de La Moncloa.

Dicho de otro modo, y aunque parezca inconcebible, Feijóo no tiene información del estado actual de las relaciones entre España y Marruecos. Este asunto será uno de los primeros toros que deberá coger por los cuernos el nuevo Gobierno, sea del color que sea, tanto si continua Pedro Sánchez al frente del mismo, como si cae del lado del gallego. Es más, como suele ser habitual, los de Rabat aprovechan cualquier momento de debilidad o de cierto vacío de poder en España para hacerse presentes y recordar que están ahí.

Y lo dicen, por ejemplo, abriendo la puerta a las pateras, bien sea en dirección a Canarias o al sur de la Península. Por eso no sería de extrañar que en las próximas semanas asistamos a oleadas de «barquitos» y también a asaltos a las vallas en Ceuta y Melilla. Será su manera de mandar mensajes al nuevo Gobierno que salga de la cita con las urnas del próximo día 23 y de recordar que están al acecho.

Las relaciones entre España y Marruecos son, en principio, bilaterales y con muchos frentes abiertos: desde el pesquero, que va a estar de mucha actualidad en los próximos días, hasta el agrícola, pasando por la inmigración, el Sahara, los asuntos políticos, los económicos, los sociales y los culturales. Pero, eso, sin perder de vista que todo lo anterior hay que enmarcarlo en un contexto doble mucho más amplio: el de las relaciones de Marruecos con el conjunto de la UE y el de las que mantiene este país con Estados Unidos, que, en estos momentos, atraviesan por una fase más que de «dulce».

De ahí que más que hablar de una relación bilateral, convenga hacerlo de un trío o incluso de un cuarteto, si metemos en danza a la UE y especialmente a Francia. ¡Viva el poliamor! Y, sin olvidar tampoco que todo ello repercute sobre las relaciones con Argelia. En resumidas cuentas, un auténtico rompecabezas, que, en estos momentos, Pedro Sánchez Pérez-Castejón guarda para sí y para su teléfono infectado por Pegasus.

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