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Martes, 14 de septiembre 2021, 20:06
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Las medidas sanitarias adoptadas por las autoridades gubernamentales en el marco de la pandemia de coronavirus tuvieron un impacto negativo sobre la mayoría de las compañías. Empresas de todo el mundo cerraron sus puertas de forma definitiva debido a dificultades financieras, aunque hubo las que pudieron sobrellevar la situación.
Las organizaciones lucrativas que lograron sobrevivir experimentaron una drástica caída de sus ingresos y aún se encuentran en una situación delicada. Los empresarios de Salamanca manifestaron que el reciente aumento del Salario Mínimo, el alza en el precio de los combustibles y el costo de la electricidad, podrían ocasionar un daño aún mayor en la economía local.
Aún así, en el último año algunas compañías aumentaron significativamente sus ganancias a pesar del contexto desfavorable. Según el reconocido periódico Financial Times, todas las empresas que prosperaron en el 2020 lo hicieron gracias a su resiliencia corporativa y utilizaron las mismas estrategias para lograrlo.
Conforme a las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística español, entre enero y octubre del 2020 cerraron 194.000 compañías. La mayoría de estas organizaciones eran pequeñas empresas que tenían una plantilla de empleados reducida y no podían acceder a líneas de financiamiento.
Su cierre definitivo se produjo por dos fenómenos que se dieron en simultáneo. Por un lado, no contaban con un stock de productos suficientes para sostener su oferta y se veían impedidos de producir más bienes debido al cierre de sus instalaciones. Por otro, hubo una caída de la demanda al reducirse la capacidad de consumo de las familias que perdieron sus fuentes de ingreso.
Según el Foro Económico Mundial las estrategias más efectivas que desarrollaron las compañías exitosas fueron tres. Primero, utilizaron todas las herramientas tecnológicas disponibles a su favor. Segundo, impulsaron un cambio sistémico. Tercero, combinaron estabilidad y dinamismo.
Los avances tecnológicos de las últimas décadas transformaron el sistema productivo, el modelo de comercialización y el estilo de la publicidad. Muchas empresas no fueron capaces de adaptarse a esos cambios a tiempo y sufrieron las consecuencias de ese retraso durante la pandemia.
En cambio, las compañías que habían comenzado un proceso de actualización antes del coronavirus diseñaron sólidas estrategias de digitalización. Capacitaron a sus trabajadores para que pudieran realizar tareas de manera remota, elaboraron planes de comercialización por medio de plataformas en línea y lanzaron campañas de marketing por redes sociales.
Estas estrategias fueron implementadas por las grandes cadenas de supermercados, que rápidamente focalizaron todos sus esfuerzos en el comercio electrónico. Crearon tiendas en línea, diseñaron catálogos digitales, ofrecieron facilidades de pago y agilizaron el sistema de entrega a domicilio.
A nivel nacional, Aldi fue una de las empresas que capitalizó mejor los avances tecnológicos. Desarrolló una aplicación para dispositivos móviles, diseñó una tienda online con una interfaz intuitiva y aplicó todas sus técnicas tradicionales de promoción a la publicidad digital.
En el Aldi folleto en línea las personas pueden consultar todas las ofertas vigentes del supermercado, que suelen ser muchas y muy variadas. Esto les permite comparar precios, planificar sus compras y acceder a descuentos sin moverse de sus domicilios. Se ha convertido en el supermercado favorito de los consumidores debido a la relación calidad-precio de sus productos.
Las compañías que lograron aumentar sus beneficios durante la pandemia trabajaron colaborativamente con todos los actores que forman parte de la cadena productiva. Sabían que para continuar operando necesitaban contar con proveedores y empleados comprometidos, que se involucraran activamente en los procesos de transformación.
También colaboraron con otras empresas del sector. Desde el inicio del confinamiento tuvieron en claro que la salida de la crisis era colectiva y que la competencia de mercado debía quedar temporalmente relegada a segundo plano. Por ese motivo, mantuvieron un diálogo constante con todas las partes interesadas y ejecutaron acciones de forma conjunta.
Las compañías exitosas fueron capaces de distinguir cuáles eran los aspectos concretos que tenían que modificar para prosperar en medio de la crisis y cuáles eran aquellos elementos estructurales de sus modelos de negocio que debían permanecer inmutables. Saber qué modificar y qué mantener igual fue clave. Lograron un equilibrio perfecto entre dinamismo y estabilidad, que les permitió sobrellevar esta situación extraordinaria sin poner en riesgo el futuro de la empresa.
Nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrirá cuando mejore la situación epidemiológica a nivel global. Se prevé que las empresas elaboren nuevos planes de contingencia para estar preparadas ante eventuales crisis futuras.
Estos planes deberían incluir acciones relacionadas con las principales falencias que se detectaron durante la pandemia. Comprenderían medidas vinculadas a la evaluación de riesgos, la toma de decisiones de emergencia, los métodos de comunicación interna y la responsabilidad social empresarial.
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