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Unionistas encara la recta final de temporada con los peores mimbres para dejar atrás la zona roja de la clasificación. Sin encontrar la portería rival en los últimos 430 minutos y cosechado dos puntos de los quince últimos repartidos, los blanquinegros ponen rumbo a Vizcaya para medirse al Bilbao Athletic con el objetivo de calmar las aguas antes de las dos 'finales' del curso ante Tarazona y Barça Atlétic.
«Lo que deseamos todos es que el equipo meta gol y que se gane, pero, al final son rachas. Es una realidad que no estamos pasando por una buena racha ni en cuanto a cifra de goles a favor y ni en cuanto a conseguir puntos, pero no hay que bajar los brazos», inicia Dani García, segundo máximo goleador, junto con Jonny Arriba, que cuenta con cinco goles en la presente campaña. Es uno de los hombres de ataque en el conjunto charro que tienen la llave de gol, y sobre sus hombros recae poner punto final a este complicado momento.
«Los delanteros vivimos del gol y cuando ese gol no cae, pues es verdad que, personalmente, me frustro. Siempre pienso en lo mismo, en que hay que meter gol para que el equipo fluya y el equipo gane». Y como el ariete almeriense, la frustración se traslada un equipo que celebró su última diana el pasado 6 de abril cumplido el minuto 18 de juego ante el Osasuna Promesas. «Las semanas pasan y todo pesa. Pero, hay que ser conscientes de que tenemos la suerte de que dependemos de nosotros mismos, que no tenemos que jugar nuestro partido y esperar que los demás pinchen», añadiendo que: «El fútbol son dinámicas y bueno, creo que hay que salir cuanto antes de esta mala dinámica en la que estamos».
Para el que fue durante varias semanas el pichichi y el jugador que mejor exprimía sus minutos en Unionistas en la primera vuelta, la temporada se ha convertido en un dolor de muelas ya que este sábado cumplirá 76 días sin celebrar un tanto. «Intento aportar lo máximo de mí. Esa frustración también nace de lo complicado que está siendo la temporada para mí. No tuve un buen inicio en cuanto a lesiones y he echado de menos también esa continuidad», resumiendo el problema con «esa confianza en mí mismo que quizás me falte». Aunque, en la misma línea que el resto de integrantes de la primera plantilla, el almeriense es claro: «Siempre intento dar lo máximo de mí para el equipo y no voy a dejar de hacerlo hasta el último día».
En esa aventura de volver a la senda del triunfo, pero más importante, al camino de los goles también se encuentra José Luis Acciari. Con el técnico argentino, Unionistas no ha sido capaz de cantar ningún gol en sus cuatro partidos al frente del cuadro del Tormes y tras el cero a cero ante el Sestao River no encontraba explicación: «En este tramo final de temporada, hay gente con gol y que en el primer tramo de temporada los goles caían con facilidad y ahora se nos está negando», comentaba Acciari. Entre tanto, delantero echa un capote a su entrenador en un momento donde el mensaje de unidad se ha tatuado en el vestuario. «El míster se ha encontrado un escenario en el que no hay tiempo de trabajar muchas cosas. Seguimos intentando asumir todo lo que nos transmite desde ese trabajo defensivo y de ahí crecer».
Como se vio en el último compromiso liguero, los blanquinegros contaron con oportunidades de todos los colores, pero cuando la pelotita no quiere entrar no hay nada que pueda derribar ese muro. «Hay que seguir trabajando. Si en cada partido acabásemos sin ocasiones, me preocuparía más, pero en todos los partidos que llevamos con el nuevo míster hemos tenido ocasiones de meter gol y no hemos podido culminarlo». La receta sigue siendo el trabajo porque «dependemos de nosotros mismos, y es un punto a favor nuestro para dar ese paso al frente, dar todos ese puntito más. Empezando por mí porque seguro que lo sacamos todos juntos», analiza. Del mismo modo, García «entiende» esos pitos al equipo al término de un primer tiempo que dejó muy mal sabor de boca el pasado domingo. «La afición nunca se ha visto en una situación así hasta ahora y comprendemos ese runrún. Es lo más normal jugando en casa, pero no hay que dejar de creer».
Ahora, en su hoja de ruta tan solo restan tres paradas, la primera en Lezama y sobre los charros merodea una idea. «Nos tomamos este partido sobre todo como si fuese el último y que, para salvarnos, necesitamos ganar en Lezama y hay que ir con esa mentalidad», zanja el ariete.
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