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Martes, 2 de mayo 2023, 14:16
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Dime qué comes y de te diré quién eres tiene su versión adaptada al fútbol. Y podría traducirse con un qué bueno (centrado en el rendimiento) puede llegar a ser un jugador. No sólo en la élite, donde los nutricionistas acentúan el cambio de tendencia: “El perfil profesional del jugador está evolucionando al del atleta. Primando más el estado físico que la calidad”, sino que también desciende hasta el mismo fútbol de cantera. Por muy sorprendente que resulte.
“Fútbol y nutrición: desde la base hasta el rendimiento en adultos”, ha sido abordado por la Real Federación de Castilla y León en su apuesta decidida por dotar de todas las herramientas posibles a los clubes de cara a la formación de los jugadores. Los encargados de despejar ‘equis’ en este sentido (a través de dos cursos durante este pasado mes de abril) han sido los especialistas Verónica de la Fuente, Alicia Robles y Sergio Díez.
Para empezar, desde la Federación se hace una clara diferencia entre lo que es el deporte base y el profesional. Si el perfil del futbolista de élite es el del “atleta” el de cantera se marca en rojo el “cuidado y la paciencia” a la hora de trabajar el peso y la composición corporal. “El peso no es el único parámetro a medir y valorar. Es positivo que el cuerpo técnico lleve un control del peso, talla y perímetros corporales de sus jugadores, siendo recomendables, al menos, uno al inicio y otro al final de temporada”, se ha apuntado. Con un control de cintura, cadera, brazo relajado y tenso, muslo medio, pantorrilla máxima con la idea “no sólo de valorar si el jugador está mejor o peor, sino también para ver su velocidad de crecimiento e índices estaturales”. Se destaca que entender el peso “depende de muchos factores”: “Es importante hacer las mediciones en privado o grupos reducidos, evitar comparaciones, y comentarios desafortunados y, finalmente, hablar de ganar o perder peso y no de engordar o adelgazar”.
Dicho esto, la RFCyLF a través de su cuerpo de nutricionistas marca como un ítem más que importante el de cundir con el ejemplo. “Es clave tener buenos hábitos de comida y bebida, al menos delante de ellos o en las concentraciones”, se les aconseja a los preparadores. Pero, ¿cómo puede dar ejemplo un técnico o un delegad? “No consumir gominolas, bolsas o refrescos en el autobús. Si se llega al entrenamiento comiendo algo que sea una fruta o un bocadillo de buena calidad. Hacer pausas de hidratación durante los entrenamientos para dejar beber a los jugadores. Revisar y comentar los menús y opciones que hay en un restaurante cuando vamos a una concentración... y proporcionar a los jugadores fruta y bocadillos después de los partidos”.
Por último, establece diferencias entre los días de descanso y los de entrenamiento o partido. En los primeros se prioriza el consumo de frutas y verduras (la mitad de la dieta), mientras que en los segundos los hidratos de carbono pasan a tener un papel más destacado.
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