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La vaca, junto a otros ejemplares de la ganadería de Castillejo de Martín Viejo.
La vaca más vieja de España vive en Salamanca

La vaca más vieja de España vive en Salamanca

Ha cumplido 26 años y la propietaria de esta morucha, Ana García, destaca que prácticamente cada año le ha dado un ternero

Susana Magdaleno

Salamanca

Jueves, 29 de agosto 2024

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La probablemente vaca más vieja de España acaba de cumplir 26 años y casi cada año le ha dado un ternero a su propietaria, la salmantina Ana García. Vive en una finca de Castillejo de Martín Viejo, en Salamanca, y es de capa negra, y la ganadera la describe como una vaca «muy buena y dócil».

«A mí no me sorprende que tenga esa edad -explica Ana García- porque una vaca podría vivir 30 años o más. Lo que pasa -añade- es que la gente está acostumbrada a quitarla antes porque piensan que si lo hace, es más rentable».

En su opinión, y es algo que pone en práctica en su ganadería, una vaca no debes quitarla de la ganadería mientras críe. Y con su vaca, la probablemente más vieja de España, nunca ha tenido ese problema. Con ella su política, no obstante, es ver hasta cuándo dura, porque reconoce que le ha cogido un gran cariño. Con las demás, si un año no quedan cubiertas les da una segunda oportunidad y si al segundo, tampoco, a los dos años y medio aproximadamente da el paso de matarlas.

Ella tiene claro que es necesario esperar, tener paciencia, y considera que mantener a esta vaca de 26 años le ha dado dinero. En concreto, mantiene que «si la hubiera quitado, habría perdido cinco-seis terneros a lo largo de su vida». «Con una vaca nueva necesitas esperar el tiempo que tarda en nacer. Después, dos años hasta que sale a toro. Luego, nueve meses hasta que pare... La vaca está comiendo tres años hasta que trae al ternero y la vaca de 26 años me ha dado tres crías durante ese tiempo. Si ves que una vaca a los dos años y medio no pare, lógicamente es una anomalía y es distinto».

Para lo que no está ya la vaca es para ir a Salamaq, a la feria de Salamanca. Sí prepara su propietaria ejemplares para acudir, y luego el número dependerá del sorteo de corrales porque este año ve que hay mucho interés por estar.

Confía en llevar moruchas dóciles, tanto, que las peina y baña. Y a lo mejor al toro Sultán, que va detrás de ella, o al ternero que parece enfadado «pero solo juega».

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