Lo de Ucrania y el precio del cereal

Vienen a decir los agricultores que hay que ponerle aranceles al cereal de Ucrania porque entra barato y luego baja el precio del de aquí. Y también que a ellos no les da cuando venden el suyo por eso y porque la Unión Europea les exige mucho, en herbicidas y demás, y poco a otros que luego son competencia.

Y así dicho suena delicado porque es Ucrania, un país invadido, en guerra, que lo está pasando muy mal. Y la consigna de la Unión Europea es la de ayudar y la de que hay que ser solidarios y España, que claro que sí.

Y ayudar es que entre el cereal sin aranceles porque Ucrania es fuerte en agricultura. Y los agricultores, que protestan por esas importaciones. Y los agricultores, que no están en la misma dinámica que Bruselas. Y el ministro Planas, ante las protestas, que viene a decir que el sector primario lo que tendría que estar es agradecido de lo que llega de Ucrania porque en España somos beneficiarios netos por el grano. Y él, que se declara «sensible» a lo que piensan los agricultores, ahora no es sensible.

Y el lío es grande. Por una parte, la solidaridad con Ucrania. Por otra, el beneficio que obtiene España y que nos recuerda el ministro. Y dentro de este entorno tan positivo, de qué bien lo estamos haciendo, las quejas de los agricultores.

Tiran de hemeroteca para decir que el 21 de febrero de 2022, antes de la invasión de Ucrania, la tonelada de trigo cotizaba en la Lonja de Salamanca a 287 euros; este febrero, a 218; y ahora, a 217.

Dice el ministro que el precio lo ponen lonjas como la de Chicago, pero los agricultores saben que el precio del cereal subió en España con cada bloqueo ruso de barcos ucranianos con grano. Y saben que eso perjudicó a ganaderos y a consumidores, y hasta a panaderías, que organizaron protestas. Y el ministro ahí se movió porque España es deficitaria de cereales y necesita el de Ucrania. Y ese es el beneficio conjunto del que se supone que habla Planas. Y muchos le aplauden. Y se entiende. Lo que aún no queda claro es la razón por la que los agricultores tienen que pagar la solidaridad de Bruselas con Ucrania. No es fácil de entender que un agricultor tenga que asumir que las cuentas no le salgan por el principio Planas, ese de que debe columpiarse entre ganar o perder por el bien de los ganaderos y para que no suba nuestra cesta de la compra.

Vienen a decir los agricultores que están hartos y que ya vale. Y viene a decir el ministro que el cereal de Ucrania nos viene bien, es bueno y entra a un precio que ve razonable. Y los agricultores, que se lo piensan para sembrar el próximo año.

Y en esas estamos. Y de todo esto se entienden las protestas y se entiende la defensa de la entrada de cereal. Lo que no se entiende es que el ministro no defienda que hay que compensar de alguna forma a los agricultores. Eso no se entiende, no.

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