Los secretos mejor guardados de las cabañuelas: «Como dice el refrán, la luna llena de octubre...»
Manuel Briz es uno de los pocos expertos en este tradicional método de predicción meteorológica. «Este año será más complicado por el anticiclón que tenemos encima», asegura
Cuando Manuel Briz tenía ocho años su padre, Zacarías, le pidió que esa noche se fuera a dormir pronto porque al día siguiente, a las seis de la mañana, irían hasta una colina en Galinduste. «¿Y para qué tenemos que madrugar tanto?», recuerda que le pregunto. «Porque te voy a enseñar a predecir el tiempo con las cabañuelas», le respondió.
Desde aquel día, hace ya muchos años, Manuel sigue tirando de los conocimientos que le enseñó su padre (y los que luego aprendería con el tiempo), para hacer un pronóstico del tiempo que hará al año siguiente.
«A mi padre le enseñaron las cabañuelas los trabajadores que tenía en una finca en Aldeanueva del Camino. Les pidió que plantaran tabaco y le respondieron que no porque el próximo año vendría muy seco, según habían visto con las cabañuelas, recuerda con nostalgia este salmantino, el único capaz de descifrar los »secretos« que esconden los amaneceres de agosto.
«Lo primero que hay que saber es que cada día de agosto corresponde con un mes, aunque empezamos a contar desde el día 2», comienza explicando. Así, el 2 de agosto corresponde con enero, el 3 con febrero, el 4 con marzo... y así hasta llegar al día 13, que sería diciembre.
Son las llamadas cabañuelas «de ida», a las que luego siguen las «retorneras», que ayudan a tener más datos cuando la predicción no es clara. «Es lo que probablemente pasará este año con el anticiclón tan grande que tenemos encima», avanza.
Sol, humedad y viento
«Hay que fijarse en la salida del sol», continúa relatando, «si está limpio (sin nubes), si tiene cejo (neblina) o maraña (pequeños cirros)».
Después de anotar los datos en su cuaderno, Manuel se fija en la humedad. «Antiguamente, mi padre levantaba con el pie una piedra y veía la humedad que había ese día. Así sabía que el mes correspondiente los vientos serían de poniente, es decir húmedos, aunque yo ahora utilizo un higrómetro». A continuación, mide la presión atmosférica con un barómetro. «Si baja la presión significa que habrá vientos fuertes y que ese mes podría llover».
El viento es otro aspecto que tiene en cuenta este veterano salmantino. «Si viene de donde sale el sol se llama solano y es el más seco de todos; luego está el cierzo, que es frio y húmedo; el de poniente, húmedo aunque no suele ser frío; y el ábrego, que viene del sur, y es seco y cálido», enumera con sabiduría.
Pero la tarea de Manuel no acaba con el amanecer porque también tiene que estar pendiente de cómo se pone el sol. «Si hay nubes sabemos que el mes correspondiente será revoltoso», apunta.
La luna llena de octubre
Para completar su predicción meteorológica Manuel no se queda solo con los datos que recoge en agosto. «También hay que tener en cuenta lo que pasé durante la luna llena de octubre que, como dice el refrán, siete lunas cubre. Esto significa que el tiempo que haga ese día continuará durante las siete fases lunares siguientes», explica después de haberse convertido en uno de los pocos guardianes que quedan en España de los secretos de las cabañuelas.