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Calabaza cabello de ángel.
“Fairy” con agua para plagas.
“Fairy” con agua para plagas.

Los secretos de José María, uno de los hortelanos más admirados de Salamanca

José María Corrionero tiene uno de los huertos familiares más reconocidos. ¿Secreto? Estiércol de oveja, siembra a tiempo y ‘fairy’ contra plagas

Jueves, 12 de agosto 2021, 13:39

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Su huerto, en una de las llamadas huertas del Tormes, junto a Cabrerizos, es de los visitados porque allí se puede encontrar de todo: desde judías blanca canela hasta todo tipo de tomates, por supuesto pimientos, melones, sandías, distintas variedades de calabas, calabacín... Se ve que José María Corrionero mima el huerto y que desde que dejó su trabajo de carnicero por invalidez se dedica a cuidarlo y que ya lleva 7 años con él.

¿Su secreto? No lo duda. “A la tierra hay que alimentarla y si no la alimentas, no da nada”. Y muestra el estiércol de oveja que tiene, las plantas que echa sobre él e incluso los restos de comida para ir haciendo el compost que mezclará en marzo en la tierra. Tiene otros dos secretos: sembrar en su momento (“el plantel del tomate lo pongo en enero y febrero para llevarlo a la tierra en marzo”) y tratar las plagas de la forma más natural posible. Él se inclina por el “fairy” mezclado con agua para pulverizar o por el aceite de Neem o el jabón potásico. “Eso sí -advierte- si entran ratones o topillos, no hay nada que hacer”.

“Si entran ratones y topillos en el huerto, ahí ya no hay nada que hacer”

Este año ha innovado con los calabacines, que los ha atado arriba, sin que de momento parezca, según comenta, que le haya dado un buen resultado. Y luego tiene las más diversas variedades de tomates pero advierte que este año la producción le viene escasa. No le ocurre igual con las calabazas, que esta campaña son la gran alegría que le da la huerta. Tiene desde la cabello de ángel, por la que casi nadie apuesta porque hay que esperar entre seis meses y un año desde que son cosechadas para poder disfrutar de su sabor, hasta la tradicional de Halloween. Son 250 metros lo que tiene y en él cultiva cada año “lo que al final se come en casa” y ocupando todo el terreno. Al huerto le dedica tiempo pero solo en verano, porque en invierno como mucho deja repollos, y a quienes empiezan les recomienda lo más fácil de cultivar: “Sin duda -dice- los tomates”.

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