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Vista de una explotación agrícola de Salamanca. ARCHIVO
Este es el tiempo que hará en 2021 en Salamanca, mes a mes, según las ‘cabañuelas’

Este es el tiempo que hará en 2021 en Salamanca, mes a mes, según las ‘cabañuelas’

Los expertos en esta predicción auguran una primavera seca y un otoño 'revoltoso'

Martes, 1 de septiembre 2020, 18:15

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Las cabañuelas han hablado y ya saben qué tiempo hará en 2021, aunque será la luna llena de octubre (“que siete lunas cubre y si llueve, ocho”) la que acabará de definir las predicciones meteorológicas del próximo año.

El salmantino Manuel Briz es unas de las pocas personas en España que sabe descifrar lo que el sol, las nubes o la dirección del viento le dicen durante las doce mañanas de agosto (del 2 al 13) en las que los expertos analizan los fenómenos meteorológicos.

Las cabañuelas ‘dicen’ que 2021 comenzará “con un ambiente no muy frío y poca agua”, para ir cambiando poco a poco con la llegada de los vientos ábregos, que harán de febrero un mes “muy frío, nuboso, con agua y algún copo”. Marzo será de “temperaturas suaves”, mientras que abril será malo para el campo porque las cabañuelas no predicen lluvias. Mayo podría remediar algo la situación porque los vientos del suroeste podrían dejar “algo de agua a mediados”, aunque la segunda quincena será “más soleada, seca y con calor”. Julio y agosto serán calurosos, aunque tampoco faltarán las tormentas, igual que ocurrirá a finales de septiembre.

Octubre será un mes “revoltoso” donde de nuevo los vientos ábregos dejarán agua. Noviembre será “desapacible y de cielos grises” y finalmente diciembre cerrará el año con “vientos solanos, nieblas y fríos”.

“Estas previsiones no son completas y pueden variar porque tenemos que ver qué pasará con la luna llena de octubre”, asegura Briz, que explica: “Cada día de luna llena en octubre se corresponde con un mes y el tiempo que haga esos días será el que haga después durante los siete primeros meses del año”.

La contaminación complica cada año las predicciones por lo que la experiencia es fundamental a la hora de descifrar los misterios del cielo. “Aprendí de mi padre cuando con ocho años le escuché decir a mi abuelo un 3 de agosto «a mediados de febrero nevará». Me llamó tanto la atención que lo apunté en un papel, lo guardé en mi mesilla y me olvidé del tema. Llegó febrero y mi madre me despertó un día diciéndome que había nevado. En seguida recordé la nota y fue cuando le dije a mi padre que quería aprender”.

También su contacto con la gente de la sierra, primero como maestro en San Martín del Castañar y luego como empleado de banca, le ayudó a conocer los entresijos del tiempo.

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