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Bernardo García, con un Villalón en las manos.
Dos 'influencers' unidos por los cerdos de Villalón

Dos 'influencers' unidos por los cerdos de Villalón

Es una variedad dentro de la estirpe retinta y fue una subasta de la Diputación de Huelva lo que animó a Rocío García y a Bernardo García a vivir la experiencia de criarlos en Salamanca

Susana Magdaleno

Salamanca

Domingo, 1 de diciembre 2024, 12:51

El porcino ibérico mayoritario en España es el retinto, de coloración entre el negro intenso y el colorado, con pelo débil. Es el elegido por su adaptación al medio, capacidad reproductiva y por el valor de sus piezas nobles.

Una variedad del retinto es el Villalón, muy poco extendida, y que ahora despierta interés en Salamanca porque ha sido la elegida por dos ganaderos conocidos en redes sociales, Rocío García y Bernardo García, a los que unió en esta «aventura» una subasta de la Diputación de Huelva. Rocío había apostado siempre por la raza ibérica torbiscal -que si de retinto hay según el último censo publicado por el Ministerio de Agricultura 59.441 cerdos reproductores en Castilla y León, de torbiscal hay 220.

Como se quedó sin ellos necesitaba comprar torbiscales y acudió a la subasta de la Diputación de Huelva y, contra todo pronóstico -y según le contaron después porque ella misma había despertado el interés de ganaderos por el torbiscal a través de las redes sociales- se quedó en esa ocasión sin poder comprarlos. Cuando otros años quedaban animales desiertos, en esa ocasión, ninguno.

En su afán por buscar animales que infiltraran, recurrió de nuevo a expertos de la Diputación deHuelva, que le indicaron que en este aspecto eran semejantes Villalón y Torbiscal, e inició la búsqueda de dosis. Compró y parte se las quedó para su explotación y, otras, el ganadero Bernardo García, también muy seguido en redes y que había visto con interés la aventura de Rocío.

La sorpresa de Rocío fue cuando nacieron en agosto los Villalón, y vio unos cerdos de un tamaño mucho más pequeño de recién nacidos que los que estaba acostumbrada a ver. «Son muy delicados -cuenta la ganadera- y no tienen nada que ver con los torbiscales, que al nacer sólo quieren comer y destacan por su voracidad, lo que les hace sobrevivir». Ahora su intención es dejar villalones para cruzar con torbiscales y luego ver resultados con el tiempo. «De seis madres nacieron 51 y a las dos semanas tenía una veintena de animales», señala.

En el caso de Bernardo, a él también le ha sorprendido lo pequeños que han nacido y su intención es probar también el torbiscal cruzado con el Villalón, en una línea de 25 del primero y 75, del segundo. Después de la fallida subasta de la Diputación de Huelva se quedaron con ganas de estos ejemplares, de ahí que luego se apuntara a conseguir las dosis y criarlos. «De momento lo que quiero es probar; tengo 8 hembras en total», señaló.

Rocío tiene claro que a ella le gusta el torbiscal y por ejemplares de esta estirpe ha vuelto a pujar. En su explotación ha tenido también entrepelado y retinto que no era Villalón. «Para la Diputación de Huelva es también un orgullo que los ganaderos pequeños tiremos de variedades y ellos así también siguen con sus estudios», señala. En días sabrá si esta vez sí ha conseguido torbiscales.

Rocío está ahora pendiente de la montanera, con 100 torbiscales que saldrán el 12 de enero, y Bernardo, de su explotación ganadera en Santiago de la Puebla, con una granja cada vez más tecnológica. Desde el móvil controla la explotación, por ejemplo las horas de luz artificial, la calefacción o la renovación de los depósitos de agua. La tecnología le permite tener mayor calidad de vida y también vencer mejor la dificultad que supone no encontrar fácilmente mano de obra. También ha probado drones y no está dispuesto a parar en avances de domótica.

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