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Viernes, 1 de noviembre 2024, 09:31
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Los frutos del mar tienen una textura bien diferente a las carnes que solemos cocinar durante el otoño y también a los pescados y a los crustáceos. En el caso de los calamares, un producto que, habitualmente, se consume a la plancha, guisado o en arroces caldosas, siendo esta última opción la más factible en otoño para combatir las temperaturas gélidas, una de las cosas que más preocupan a las personas que se meten entre fogones es el hecho de que queden demasiado chiclosos o, dicho de otra forma, muy pegajosos.
Para evitar que sea así, deberemos dar un paso que se ha viralizado a través de las redes sociales pese a ser muy sencillo. Como los calamares no se 'comportan' igual que el resto de pescados, pareciéndose más a la carne y tienen una fibra muscular más fina que la típica de cualquier pez, conviene saber que tienen dos puntos de cocción y que será providencial no pasarse mucho en lo que a tiempo se refiere para evitar que queden excesivamente tiernos.
Para conseguir un punto de cocción ideal, los expertos del mundo de los fogones recomiendan hacerlos a 55 o 57 grados, siendo esta una temperatura que hará que el calamar quede jugoso y ligeramente crujiente. De hecho, es la que muchos cocineros recomiendan para los calamares a la plancha.
De no seguir este paso, muchos expertos apuntan que, si la temperatura alcanza los 60 grados, el calamar puede llegar a curvarse y encogerse porque el colágeno que contiene se contrae exprimiendo la humedad de sus fibras musculares, llegándose este a endurecer y convirtiéndose en algo similar a la gelatina.
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