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Junerón, de Castillejo de Huebra, en la plaza de Las Ventas. PLAZA 1
¿Sabes quién fue Junerón? Un toro bravo, de premio, de reivindicación y de reconocimiento

¿Sabes quién fue Junerón? Un toro bravo, de premio, de reivindicación y de reconocimiento

Castillejo de Huebra se convirtió en una de las divisas de 2024 después de que este toro se alzara con el premio al más bravo del concurso de ganaderías en Las Ventas. Algo más que un triunfo que no hacía sino ratificar la regularidad lograda en cosos cada vez más relevantes tras varios años al alza reivindicando la excelencia del encaste Murube del que hace bandera María José Majeroni

Javier Lorenzo

Salamanca

Sábado, 21 de diciembre 2024, 08:00

Casi en el último suspiro de la temporada, Junerón puso en todo lo alto a la ganadería de Castillejo de Huebra, que no encontraba su primer triunfo sino la confirmación de un trabajo callado y en segunda línea que se barruntaba iba a explotar más pronto que tarde. Los murubes de María José Majeroni, que fueron predilectos del toreo a caballo en las campañas del cambio de siglo, se han convertido en una de las grandes revelaciones de las últimas temporadas en el toreo a pie. Hace una década murió José Manuel Sánchez, el creador del hierro. En aquel momento comenzó la aventura de una de sus hijas que inició la conquista en la lidia del toreo a pie. Se está saliendo con la suya. En plena pandemia, en abril de 2020, en los cercados de Castillejo de Huebra nació Junerón que no solo fue un superviviente de aquella terrible escabechina que sufrió la cabaña brava, sino que el pasado 15 de septiembre se alzó con el premio al toro más bravo de la corrida concurso de ganaderías celebrada en Las Ventas de Madrid. La primera plaza del mundo. Un astado que no hacía otra cosa sino darle relevancia a una ganadería que ha venido sonando mucho y bien en ruedos de España y Francia después de que, incluso mucho antes, su nombre fuera de boca en boca por la espectacularidad y nivel de sus tentaderos. Del campo a la plaza, de las plazas menores a las mayores. Y de las mayores, a la más grande. La escalera del éxito. María José Majeroni toma la palabra, con humildad y las ideas claras. Con la sencillez y naturalidad que siempre desprende. Sabedora de donde viene, sin olvidar ni un solo segundo a su padre, consciente de que esto no ha hecho más que empezar y deseosa de seguir consiguiendo las metas que le permitan triunfar con regularidad en la continua e interminable evolución del toro bravo.

La ganadera María José Majeroni, en el Museo taurino de Salamanca durante la entrevista. LAYA

¿Qué ha sido lo más importante de esta última década que se cumplió este año de la apuesta de lidiar únicamente en festejos a pie?

—Poco a poco hemos ido consiguiendo la confianza de todos, de la gente y los profesionales. Figuras como Morante, Talavante, Urdiales, Adrián, Ortega... confían y piden nuestros toros. Aún así tenemos que seguir dando el do de pecho y buscar afianzarnos. La ganadería es algo que siempre está moviéndose y evolucionando y tiene que ser siempre a mejor. El reto es seguir en este camino.

¿Es la regularidad el mayor triunfo por encima de los toros buenos?

—Claro, es lo más difícil en una ganadería, es lo mejor. El toro excepcional o malísimo a todos nos sale. Pero que en todos los festejos haya toros a los que se le corten las orejas, que tengan lo que buscamos, la humillación, la clase y la repetición es lo importante. Cuando eso se produce a los toreros les da seguridad y es cuando se acartelan con estas divisas.

Ese interés de los diestros destacados por los toros de Castillejo de Huebra, ¿cuándo lo empezó a notar o quién fue el primero que empezó a tirar de ellos?

—Hace varios años. Esa regularidad la vas viendo a medida que los toreros que están arriba te piden los toros. Hace años confió Morante; y cuando un torero de esa categoría lo hace, el resto se anima. La clave fue la apuesta de Morante, también con Ortega; e incluso antes fue importante una corrida de toros que mató Pablo Aguado en Gamarde (Francia) en 2019 que tuvo gran eco y repercusión, apenas unos días antes de su aldabonazo en Sevilla con las cuatro orejas. A medida que los que están arriba confían en tus toros, todos los demás se fían más.

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Y, entre todos, este año saltó en Las Ventas Junerón, nº 5, negro, 560 kilos que se alzó con el premio al toro más bravo de la concurso de ganaderías de Las Ventas, ¿cómo lo recuerda?

—Primero, y lo más importante que hay, es valorar dónde se lidia cada toro. La plaza de Madrid es la más importante, es el ruedo más amplio, en un festejo así se exigen los tres puyazos... con lo que eso supone. Junerón fue el único de aquel concurso que los tomó en condiciones, arrancándose y queriendo. El querer de un toro significa la bravura, un toro bravo debe de serlo en el caballo y en la muleta. Que el toro transmitiera, pero que a la vez mostrara clase, humillación y recorrido, hizo que en Madrid se viviera con gran vibración.

Virtud esa, la de la humillación, intrínseca a la ganadería de Castillejo de Huebra y que desmonta el tópico de que el toro de Murube no humilla...

—Una de las virtudes de esta ganadería ha sido siempre la de humillar. Desde siempre, humillan mucho. Esta puede ser, una vez más, la demostración de que no existen encastes, sino ganaderías. Castillejo de Huebra se ha caracterizado por la humillación y por un galope especial. Este toro Junerón fue importante porque en la concurso, con diferentes tipos de encastes, nadie pensaba que Castillejo pudiera ganar. No era la favorita, digamos. Y dio el aldabonazo. No ha sido el toro más excelso de la camada, pero lo cierto es que se lidió en Madrid, con todo lo que eso implica y supone. Todo tiene una trascendecia mayor, por el escenario que es y la importancia del público de Madrid. Ese toro nos ha dado mucho. Además tuvo la suerte de caer en las manos de Rafael de Julia, que lo entendió y cuajó a la perfección. Cuanto más lo apretaba y exigía, mejor respondía el toro. Y así la plaza rugió. Es importante que los toreros conozcan el tipo de embestida... Y ahí también radicó el éxito.

Rafael de Julia recibió a Junerón de rodillas a portagayola. PLAZA 1

¿Es el que soñaba lidiar en Madrid?

—Espero que no. Siempre digo que el toro perfecto no lo encontraremos nunca, gracias a Dios. Nuestro ideal es buscar cada día algo nuevo y mejorar. Buscamos un toro con transmisión, que llegue al público, con humillación y entrega para el torero y que emocione al público.

¿Esperaban llegar hasta aquí o conseguir tanto en tan poco tiempo, después de su apuesta por el toro en lidia a pie hace apenas diez años?

—La ganadería viene de mucho antes. Los tiempos en las ganaderías son largos. Y en ese sentido sí que es verdad que ha llegado bastante pronto. Cuando lidias en plazas importantes y tus toros los torean los de arriba todo tiene más repercusión. Hay que seguir luchando y buscando. Es bonito conseguir un ideal y creo que estamos en el camino, pero prefiero y me gusta pensar que hay más cosas que buscar. La vida es larga...

¿Cómo recompensa Madrid esto?

—Lo mejor de todo es que un toro así sirve para afianzar todo lo que se venía demostrando estos años. La empresa de Madrid ya ha venido al campo igual que otras que quieren contar con nuestros toros. A estas alturas la camada de 2025 está casi colocada. Pero uno tiene que seguir demostrado cada día algo nuevo. Y hoy más aún, con todos lo medios que tenemos a nuestro alcance todo se sabe al segundo, sea la plaza que sea. Ya no hay festejos menores, hasta cualquier tienta es importante para una ganadería.

¿Qué tiene el toro de Murube que le distingue del resto?

—Físicamente un toro bonito y fuerte, buscamos la vuelta en la forma del pitón, que le da más seriedad y trapío. Un toro serio para el aficionado y bonito para el torero, que entre en la muleta. En comportamiento es un toro que tiene un galope especial, que pide una distancia concreta y hay que saberle coger los vuelos. Tiene una particularidad, sigue hasta el final esos vuelos de la muleta a partir de toques sutiles. El tranco especial que se veía en rejones, a pie se demuestra con sitio y toreando con los vuelos pero, a la vez, obligándolo. Pide una especial sutileza y al mismo tiempo con mando. Buscamos la humillación, la entrega, el recorrido y la transmisión. Esos son los cuatro pilares esenciales.

Una década después del fallecimiento de su padre, José Manuel Sánchez (14 de febrero de 2014), ¿es este el mejor reconocimiento?

—Lógicamente, en cada uno de los festejos, cada día, nos acordamos de él, mucho de lo logrado es suyo. Él puso las bases y lo fue moldeando como si fuera una vasija de barro. Luego los tiempos cambian y hemos ido buscado determinadas cosas que antes no se hacían; pero siempre lo tenemos, y está, presente. Él se alegraría horrores de ver hoy sus toros.

Media verónica del diestro madrileño ante la humillada embestida del toro de Castillejo de Huebra. PLAZA 1

¿Qué tenía él que no tuviérais ahora (un plural que incluye a la propia María José y a su marido, Fernando de Patrocinio) y qué tenéis que no tuviera él?

—Él tenía mucha experiencia, una sabiduría infinita. Mucha capacidad para saber discernir con los cuatro encastes diferentes que manejó al mismo tiempo. Yo solo tengo esta ganadería, por mi parte tengo la ilusión de conseguir cosas. Con la edad, esa ilusión no se pierde pero se amaina. Sin embargo, no es un proyecto único, no es que yo haya cogido la ganadería hace 10 años, ha sido un proceso de una evolución continua con él. Antes yo le influía en comentarios o decisiones y ha sido una influencia recíproca, la mía con la suya y la suya con la mía. Hoy estaría encantado. Él siempre fue un grandioso seleccionador, un ganadero buenísimo, se quedó sin su padre a los 13 años y sabía de campo más que nadie. De puertas para a fuera lo manejaba peor; sin embargo, él puso las bases y hemos continuado con nuestros criterios evolucionando. De puertas para afuera, ha jugado un papel trascendental Fernando, que es muy bueno en las relaciones con empresarios y toreros.

¿Cuál es la mejor recomendación que se le puede hacer a un torero que se ponga delante de sus toros?

—Primero que confíe y segundo que le de distancia y lo temple, con vuelos sutiles y obligándolo por abajo. Este año Talavante nos mató por primera vez una corrida. Confió y estuvo muy bien en Torrejón y, mejor aún, en Utiel; en cuanto les dio lo que le pedían... Es importante que cuantos más toreros conozcan tu ganadería, mejor. Tienes que crear un tipo de toro que sea lo más abierto posible a cualquier torero.

Me niego a hablar de Murube como encaste minoritario, pero ¿os cuesta más que os den sitio o incluso el reconocimiento que a otras ganaderías?

—Minoritario no es, desde luego, entiendo que todos procedemos de Murube. Sí es cierto que tenemos que ir demostrado en todos los festejos que está en buen momento. Si sale bien para algunos es una sorpresa, si sale mal… Es una cuestión que cada vez confía más gente y no podemos bajar ese listón, sino al contrario. Debemos exigirnos a nosotros mismos incluso más que al público.

Junerón nació en plena pandemia, en abril de 2020. ¿Cómo sobrevive una ganadería a una situación tan dramática y crítica como aquella?

—Aquello fue un momento tremendo, no hubo otro igual en toda la historia. Había exactamente los mismos gastos, pero cero ingresos. Y eso no hay economía que lo resista. Por unas cosas u otras, se pudo perder mucho material genético. Nosotros sobrevivimos... Fue una situación dramática. Fue clave el mantenimiento de esas vacas que no producían nada, toros que no sabías qué hacer con ellos... A aquellas alturas el gasto ya se había hecho y lo peor era que no sabíamos cuánto iba a durar. Los ocho días que íbamos a estar en casa fíjate los que fueron.... Yo quise haber tentado todos los toros, pero al final tuvimos que hacer una selección y muchos, por desgracia, fueron al matadero. Algún toro sacamos de semental... pero en aquella situación, mi ganadería al menos, subsistió gracias a la ayuda de otros complementos del campo, los cochinos, ovejas, la labor...

Por fortuna, ha vuelto a salir el sol...

—Gracias a Dios se dio la vuelta a la moneda. La gente volvió con más ganas de ver toros, por lo que vivimos, por la situación dramática que hubo, como dramática también lo es a nivel político. La gente joven está asistiendo más que nunca a las plazas; y, por eso, ahora es el momento de dar motivos para que esos jóvenes se queden y se enganchen dándoles, entre todos, lo mejor que tenemos.

Derechazo de Rafael de Julia ante la enclasada acometida de Junerón. PLAZA 1

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