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Marco Pérez fue uno de la treintena de alumnos de la Escuela taurina de Salamanca que protagonizó un maravilloso espectáculo en un tentadero público en La Glorieta en los prolegómenos de la Feria de 2014. Los más pequeños de aquella exhibición inolvidable, Gonzalo Hernández, Guillermo Escudero, Diego Mateos y Marco Pérez escoltaron a José Ignacio Sánchez, como director de la Escuela, trenzando un paseíllo que ya forma parte de la historia, de la propia plaza, del colectivo taurino de la Diputación y del propio Marco Pérez. Fue la primera aparición en sociedad de un torero que asume un revulsivo para la Fiesta. Aquel fue su primer paseíllo en La Glorieta y en público.
Pantalón vaquero azul, cinturón de cuero, zapatos de hebilla y una camisa blanca; una gorrilla campera le aportaba la torería innata que no ocultaba su cara de torero en ciernes. De aquella imagen del 11 de septiembre se cumple ahora una década. Diez años después Marco Pérez es la más firme ilusión de Salamanca y del toreo. Más bien es una realidad con hechos y argumentos. Sin haber cumplido aún los 17 años, ya ha rendido cosos infranqueables, incluso para algunas figuras, como La Maestranza de Sevilla yLas Ventas de Madrid antes de debutar con picadores, salto que dio el pasado 15 de octubre en Istres (Francia), donde abrió un periplo triunfal en el que cada tarde va convenciendo a quienes les costó creer en el nuevo milagro del toreo o le siguen poniendo pegas a una evidencia. Cada tarde gana adeptos y suma, casi, por puertas grandes la treintena de novilladas que lleva hasta el momento. Con ese aval se presentará en La Glorieta el sábado, como uno de los grandes alicientes y atractivos de la Feria, en una corrida de toros mixta en la que su presencia dejará en segundo plano las despedidas de Salamanca de dos leyendas: Pablo Hermoso de Mendoza, del toreo a caballo, y Enrique Ponce del toreo a pie. Todas las miradas se fijan enMarco Pérez, que asume no solo el reto sino todo el protagonismo de la tarde. Y, con todo ello, también, el peso y la responsabilidad de la taquilla.
La rojiza arena de La Glorieta más que centenaria la ha pisado Marco Pérez ya en tres ocasiones: aquella del estreno en 2014 y dos veces más en los dos siguientes años. El verdadero suceso llegó en 2015. Fue la primera vez que salió a aquel universo inmenso de la soledad de un ruedo. La plaza para él solo y una becerrita castaña de Manolo Gimeno para cumplir su sueño. El saludo de capote por tafalleras fue una sorpresa inesperada que sorprendió y encandiló a todos y el inicio de muleta, un verdadero suceso. Los olés sonaron con la rotundidad de las faenas históricas. Un crujido pareció partir en dos los cimientos del coso, que no creía lo que estaba viendo. De inmediato aquel vídeo de Marco Pérez en La Glorieta se hizo viral en redes sociales. Marco Pérez apenas tenía siete años y, en un suspiro, ya lo conocía el mundo entero. Tal impacto fue que se convirtió en el torero de las primeras figuras. Todas querían conocerlo, le invitaban a sus fincas y le brindaban faenas. Volvió al año siguiente e impactó de nuevo en otra aparición estelar.
Hasta los 16 años no podía torear en público novilladas sin picadores. Cubrió el trámite a puerta cerrada en apenas dos jornadas, cumplida la edad el 9 de octubre y antes de su debut el 15 de ese mismo mes. Llegaba así al mínimo de festejos exigidos para torear con picadores en El Palio, la plaza de toros de Istres (Francia). Y de ahí en adelante un camino irreprochable, triunfos contundentes como los de las plazas galas de Arles o Mont de Marsan, tardes reveladoras como la de Santander con tintes épicos y heroicos; y triunfales como las de Olivenza, El Puerto o Alicante, o la misma del pasado lunes en Medina del Campo donde por primera vez en territorio español indultó un novillo (Hatero, de Cuvillo). Así llega a La Glorieta, la plaza en la que comenzó todo cuando era más niño que el niño que hoy sigue siendo aunque ya haya dado el paso adelante de los hombres de verdad. Marco Pérez ya alcanzó la mayoría de edad en el ruedo, antes de cumplir los 18.
Marco Pérez, con 6 años, en el patio de cuadrillas de La Glorieta, con sus compañeros de la Escuela, a punto de hacer su primer paseíllo.
De la mano de José Ignacio Sánchez, director de la Escuela taurina, se puso delante de una becerra de Loreto Charro bajo la admiración y la sorpresa de todos en La Glorieta.
Torea ya solo (7 años) por primera vez en público una becerrita de Manolo Gimeno, impacta y se hace viral en las redes sociales.
En plena pandemia la Plaza Mayor acogió una concentración bajo el lema «Salamanca es tauromaquia» a la que acudieron figuras como Ponce, que conversa con Marco Pérez. Los dos compartirán paseíllo esta Feria en La Glorieta.
En la tercera preferia seguida con el protagonismo de la Escuela, al final del desenjaule, Marco Pérez, con 8 años, volvió a encandilar ya vestido de corto ante una becerrita de LópezChaves.
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