Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Había terminado Raquel Martín de torear a su primera becerra y ambas se unieron, bajo el palco de la plaza de tientas, en una sabrosa lección de toreo. Cristina Sánchez incidió en profundizar en la forma del cite del muletazo. Cuadrarse ante la cara del animal y, en vez de citar con el costado, el consejo llegó apostando por la pureza: De frente, ofreciendo el pecho por delante para así embarcar la embestida y, una vez arrancada, acompañarla con todo el cuerpo, no en línea, sino en curva, rematando el muletazo en la cadera. Cogió la muleta, se la echó a la mano izquierda y simuló el cite ante la atenta mirada de Raquel a la que casi se le salían los ojos tratando de absorber los consejos de quien es un referente. Dos toreras en el ruedo. Cristina Sánchez, en la década de los noventa, llegó a donde ninguna mujer lo había conseguido en la historia del toreo cuando todo el mundo le decía que era imposible: “Eso siempre me mantuvo a flote, demostrar a los demás que sí podía”, afirma hoy, dos décadas después de su paso por los ruedos, Cristina Sánchez (Madrid, 1971) que el 9 de julio de 1995, con un cartel muy salmantino en Las Ventas (novillos de Carmen Lorenzo y Pepe Luis Gallego abriendo la terna), logró cortar una oreja a cada uno de uno de sus oponentes para convertirse en la primera mujer que abría la puerta grande de Las Ventas. La primavera del año siguiente, en lo que fue todo un acontecimiento, tomó la alternativa en Nimes (Francia), de manos de Curro Romero y en presencia de Manzanares: “El toreo es acariciar y las mujeres lo sabéis hacer con mucha dulzura, seguro que en el toreo vas a llegar muy lejos”, le dijo el faraón en la ceremonia. No fueron palabras en balde. Cristina Sánchez, entonces, ya formaba parte de la historia pero siguió creciendo. Se mantuvo en los ruedos hasta el 12 de octubre de 1999, tarde en la que toreó en Madrid tras haber confirmado alternativa en San Isidro de 1998, con otro toro salmantino, Gironero, de María Lourdes Martín Pérez Tabernero. Cerca de 200 corridas de toros le avalan en aquellas tres temporadas. Rompió barreras y sumó hitos desconocidos con una mujer de protagonista.
En la cita concertada en la finca de El Puerto de San Lorenzo, Cristina Sánchez conoció a Raquel Martín, alumna de la Escuela de Salamanca. Es una de las nuevas ilusiones del aula taurina de la Diputación por la evolución que ha demostrado en tan poco tiempo y por las magníficas cualidades que atesora. Tiene 17 años, estudia 2º de Bachillerato. A día de hoy, con el capote y la muleta, ilusiona más lo que se le intuye que las muchas virtudes que ya afloran. No se conocían en persona y lo hicieron en el mejor escenario. Para Raquel fue un sueño que ni siquiera se había atrevido aún a imaginar. Afirma Cristina Sánchez que ya no acostumbra a torear tentaderos y este surgió por conocer a este nuevo valor, aunque en principio tampoco estaba previsto que fuera torear: “José Ignacio Sánchez me había hablado muy bien de ella, quería que la viera... Y yo, encantada. Me gusta estar muy pendiente de si hay alguna chica con cualidades, me gusta seguir la trayectoria, saber de ellas y ver cómo evolucionan. Estaba siguiendo a Carla, de Guadalajara, a Rocío Romero de Córdoba...”. Ahora surgió la idea del encuentro con la salmantina y, casi sin esperarlo, Cristina Sánchez volvió a coger el capote y la muleta: “Seguro que estás más preparada, me vas a pegar un repaso...”, le dijo Cristina a Raquel con humildad y sin falsa modestia antes de bajar al ruedo.
Un descubrimiento. El que tuvo retuvo. Cristina dejó su poso en la plaza de tientas de El Puerto ante dos bravas vacas. Allí se reencontró con el toreo y se ilusionó con el futuro: “Raquel ha sido un grato descubrimiento. Tiene figura, buen cuerpo de torero, desparpajo... Como es lógico, está muy verde, pero tiene cosas muy buenas. La veo que tiene valor y una cosa importante es que intenta hacer todo bien, en torero. Ahora es normal que unas cosas le salgan y otras no. Mejorando y trabajando cada día se potenciarán las virtudes”. El toreo es una carrera de fondo y obstáculos que hay que ir superando cada día: “Es verdad que la mujer, el tema de psicomotricidad, lo tiene que trabajar más, el hombre tiene otro desparpajo y más fuerza, pero todo se puede superar. El toro, a fuerza, gana al hombre y a la mujer, por eso lo importante es ser inteligente delante del animal. Hay que pensar y saber qué se tiene que hacer en cada momento. Demostró que quiere hacer muchas cosas y lo importante siempre es intentarlo. Si sale mal, no pasa nada. El día que lo ordene todo y lo consiga se lograrán cosas grandes. Es cuestión de trabajo, de estar y sacrificarse”, puntualiza Cristina Sánchez tras el tentadero en casa de Lorenzo Fraile. Se quedó una tarde espléndida, casi primaveral en esta otoñada gloriosa que le ha regalado a los ganaderos dentro de un año maldito en el que la puntilla del coronavirus les ha castigado como a muy pocos. Apenas han hecho ruido ni protestado. Siguen su trabajo callado en el campo en busca de la bravura. En El Puerto de San Lorenzo la están consiguiendo, entre otros, con los frutos de ese ‘Inspector’ que ya se ha convertido en uno de los sementales estrella de esta casa que le está dando productos fabulosos. La tienta de Cristina y Raquel la protagonizaron dos hijas suyas y dos nietas. Y desbordaron bravura para gozar el toreo.
Una clase y una lección de lujo para la joven Raquel Martín que saboreó como si en una nube se encontrase: “Ha sido un sueño”, se atrevió a decir: “Para mí Cristina ha sido y es todo un referente, igual que me fijo en muchos matadores también lo he hecho en ella”. Cuando se retiró Cristina de los ruedos, Raquel ni siquiera había nacido: “He visto muchos vídeos suyos”, advierte esbozando una media sonrisa: “Jamás hubiera imaginado poder compartir un tentadero con ella...”. Y de ahí saca las primeras lecciones. ¿Qué fue lo que más le llamó la atención? Raquel habla de Cristina: “Me dijo que las cosas delante de los toros hay que hacerlas con temple y despacio para que salgan bien. Así todo adquiere mayor dimensión. En el tentadero, ella todo lo hizo con torería. Me dijo que hacía mucho que no toreaba, pero sigue en torero y es admirable”.
Raquel Martín, que no tiene antecedentes taurinos en su familia, se estrenó en la Escuela en 2017, para sorpresa de todos: “En mi casa siempre hemos visto toros. Todos los veranos veíamos toros, toros y toros... Y me dije, ¿por qué no intentarlo? Se lo comenté a mis padres y pensaban que era broma. No querían, pero a base de insistir, conseguí entrar en la Escuela y ahí vamos andando el camino. Mis abuelos no dan crédito... Bueno, y yo tampoco”, afirma entre risas quien el 11 de octubre, en Villoria, toreó por primera vez en público matando su primer novillo: “Cuando entré en la Escuela, ese era mi primer sueño, llegar a ese poquito. Solo eso, ahora quiero más. Y cuando llegué ahí no me lo creía. Ese día fue muy bonito, lo voy a recordar toda mi vida. Fui muy feliz”.
El maestro entra de nuevo en escena para cerrar la faena. ¿Con qué hándicap se encuentra una mujer que quiere ser torero a diferencia de un hombre? Cristina Sánchez tomar la palabra: “No diría un handicap. Esta es una profesión de toreros y ahí está para todos sin distinción. Si eres capaz de traspasar los límites llegarás lejos, seas mujer o seas hombre. Lo de flagelarse por ser una mujer hoy ya no sirve. La capacidad la tiene que mostrar cada uno en la profesión a la que te dediques“. Y la mujer que llegó a las mayores cotas en el toreo, si mira para atrás con la perspectiva que da el paso del tiempo, qué ve: “Miro y veo ilusión, trabajo, constancia, dedicación... He visto cumplidos mis sueños. Me tocó tirar algún que otro muro, pero demostré que se pueden lograr muchas metas que a mí, en principio, me negaban, no el toro, sino la sociedad. Y también veo cosas que no veía antes, me doy cuenta y entono el mea culpa, que si hubiera llevado a cabo, por ejemplo matar los toros, mi carrera hubiera sido más longeva y con más dimensión. Ahora no echo la culpa a otros si no a mí. Me gusta mirar atrás para aprender. Ver los problemas desde la distancia también te ayuda a crecer”. Otra lección para su nueva discípula. Raquel quiere seguir sus pasos. En ella se encarna la grandeza del toreo. Con todo a la contra. Con el toreo en entredicho, cuestionado y marginado a veces por unos pocos, siguen saliendo jóvenes valores que invitan a soñar para que mañana vuelva a salir el toro y un joven, hombre o mujer, sea capaz de emocionar a quien se sienta en el tendido.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.