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Diego Ventura (Lisboa, 4-11-1982) regresa a Salamanca. Con más de un cuarto de siglo de alternativa, el caballero portugués tuvo que esperar hasta 2013 para debutar en La Glorieta. El rotundo éxito —cuatro orejas a una corrida de Passanha— le llevó a repetir en la feria del año siguiente, cuando volvió a salir a hombros. Desde entonces ha desaparecido del mapa para los empresarios de la plaza salmantina, que este año han vuelto a llamar a la puerta del gran referente del rejoneo actual. La afición le espera con los brazos abiertos, su cuadra no tiene parangón y Ventura ha marcado con una equis especial en el calendario la fecha del 21 de septiembre.
Diez años después por fin vuelve a Salamanca… para torear.
—La verdad es que siento mucha felicidad de volver a una plaza que para mí tiene una belleza increíble, tiene una afición muy importante aparte de las ganaderías y de ser una tierra muy taurina. Para mí volver a poder torear en La Glorieta de Salamanca es un gran privilegio y estos diez años sin haberla pisado después de aquellos dos triunfos tan rotundos y abrir la puerta grande dos veces seguidas es algo que echaba mucho de menos.
¿Recuerda aquellas tardes?
—Hay plazas que no se olvidan. Cuando uno es torero hay plazas que son predilectas y Salamanca es una de ellas. Como te decía antes no solo por la belleza de la plaza sino por lo vivido en ella. Me acuerdo de mi debut y de cortar cuatro orejas a una corrida de Passanha que, la verdad, disfruté muchísimo. Fue una tarde muy rotunda. Después, la del siguiente año, triunfé con la colaboración de los toros de Ángel Sánchez y Sánchez... son plazas que uno no olvida, que uno extraña todos los años en el calendario y el poder volver ahora te da mucha alegría.
¿En qué ha cambiado en este tiempo la tauromaquia de Diego Ventura?
—Yo creo que ahora estoy más maduro y eso hace que disfrute mucho más las cosas. La cuadra que tengo ahora también está en un buen momento con caballos con mucha personalidad, caballos que permiten que saque lo mejor de mí. Ojalá que la corrida pueda embestir para demostrar el gran momento que estoy pasando.
¿Qué novedades trae su cuadra este año?
— Mi cuadra marca la diferencia y son capaces de hacerme triunfar a diario. Yo creo que Nómada es un caballo que está en un gran momento, un caballo que aparte de su belleza hace ese toreo que a mí me gusta de templar a los toros de costado, de ir muy de frente, de cuartear la suerte con mucha pureza. Luego está Lío, que es un caballo que hace unos quiebros que se identifican mucho conmigo. Bronce es un caballo que hace una suerte muy especial de banderillear los toros sin cabezada. Además, hay caballos que están en un momento muy bueno, como Fabuloso, como Nivaldo, que son caballos que, la verdad, están andando a un nivel muy importante.
Hablando de caballos, de Diego Ventura a todos se nos viene a la cabeza Nazarí, ¿cómo está?
—Nazarí fue de esos caballos que me permitieron triunfar en Salamanca los dos años seguidos. Y ahora mismo pues es un caballo que lo tenemos de semental en la yeguada, un caballo que me aportó muchísimo. Los éxitos siguen llegando gracias a él pues Nómada es hijo suyo y es la estrella de la cuadra. Enorgullece mucho tener un caballo así con tu hierro.
Tantísimas puertas grandes en Las Ventas y en las mejores plazas, ¿cómo se lleva el éxito y la necesidad de ofrecer algo diferente cada tarde?
—La verdad que agota mucho, sobretodo cuando quieres lo mejor para el público, cuando cada tarde quieres dar lo máximo para que la persona que ha pagado una entrada por ver el espectáculo salga feliz de la plaza. Mantener ese nivel día a día no es nada fácil cuando son corridas tan seguidas, tantos kilómetros, tantos viajes... pesa mucho el tener el ánimo de querer triunfar. Gracias a Dios vamos consiguiendo mantener ese nivel a diario. También influyen mucho pues las plazas, las hay con las que te identificas mucho y llegas con gran ilusión y te esfuerzas al cien por cien porque son escenarios que te transmiten algo especial.
Ese éxito le ha llevado a dar un giro a la historia del toreo a caballo, ¿qué futuro le espera y qué se puede cambiar?
—Soy de los que piensan que hay que cambiar varias cosas, empezando por el reglamento que está muy anticuado, ya que fue hecho hace 40 años. Hay que cambiar ciertas cosas que nos acerquen a la Tauromaquia moderna. Bajo mi punto de vista, habría que modificar muchas cosas para darle más seriedad al rejoneo. Los únicos que hemos conseguido darle esa seriedad hemos sido Pablo Hermoso y yo. Hemos conseguido que se maten corridas de toros, no salirnos de matar corridas de toros con la edad, hemos dado la categoría y el respeto a cada tarde. Lo más importante es no defraudarte a ti mismo y eso pasa por el respeto por el aficionado y también por el respeto al rejoneo. No es justo que toreros que tienen alternativa estén matando erales y luego esos toreros están en las principales plazas. Yo creo que eso no es ético, no tienen categoría y ellos mismos se quitan el valor y el respeto que han podido conseguir en esas plazas importantes.
Ha apostado por la diversidad de encastes, ¿es necesario ir incluyendo en las ferias ganaderías más allá de Murube o Domecq?
—Cada plaza tiene su personalidad y y a cada afición le gusta una cosa diferente. Hay plazas que son más toristas y plazas que te agradecen ganaderías de los denominados encastes duros como pueden ser ganaderías míticas como las de Victorino Martín, Adolfo Martín, Miura o cualquiera de las de Santa Coloma y, tanto a pie como a caballo, se debe cuidar y respetar el criterio de esas aficiones. Yo no digo que se mate a diario lo de Miura o de Victorino, pero sí es verdad que en ciertos sitios agradecen mucho que te vean con otros encastes y no matar todos los días lo mismo. Creo que hay que tener esa diversidad por nosotros, por los aficionados y, sobre todo, por los ganaderos, que también crían un toro con una identidad y un animal con una personalidad definida. Yo creo que al final todos tenemos que apoyar a esos ganaderos si no queremos que desaparezcan muchas de las líneas que tenemos.
Hablaba antes de Pablo Hermoso de Mendoza, que ha anunciado su retirada, ¿no le gustaría haberse despedido rivalizando en un cartel con el navarro?
—Lo que a mí me hubiera gustado me lo guardo para mí. Yo creo que hubiera sido muy bonito el poder haber actuado en varias ocasiones y que hubiera tenido la despedida que él se merecía como figurón del toreo de época que ha sido. Yo creo que no está siendo la despedida que él merece, entre otras cosas, por no compartir cartel conmigo. Yo creo que él se ha visto afectado y yo también y me da mucha pena que no hayamos podido compartir cartel. La vida es así.
Se han visto afectados ustedes y los aficionados, por supuesto.
— Totalmente. Yo creo que se le ha hecho mucho daño durante estos últimos años al rejoneo. Yo en la medida de mis posibilidades he tenido que ir reinventándome, he tenido que sobreponerme a todos los inconvenientes que me han ido poniendo a lo largo de mi carrera y por eso he llegado a conseguir el ser rejoneador que tiene el número más alto de corridas en las que he matado seis toros y, cada vez que lo he hecho, ha sido para matar diversidad de encastes. He tenido que ir cambiando un poco lo que ha sido mi carrera porque no se me abría el paso que se tenía se me tenía que abrir después de todo lo que he conseguido.
Al final, tendrá que hacerlo con Guillermo Hermoso de Mendoza, ¿encuentra en el hijo la rivalidad que no tuvo con su padre?
—Mira, yo creo que ahora mismo es el mismo caso que me tocó vivir a mí con su padre, ¿no? Está claro que la rivalidad que el público deseaba ver era la de Pablo Hermoso de Mendoza con Diego Ventura. Pues bien, eso que tanto deseaba la gente no se le ha dado. Ahora yo no quiero eso para mí, yo quiero rivalizar con todos, incluído Guillermo. En festejos mano a mano o cosas así que todavía no se ha llegado a conseguir pero por nuestra parte siempre hemos intentado. No sé si la rivalidad es la misma. Cuando yo comenzaba no tenía esa rivalidad con Pablo y yo intentaba abrir mi hueco en aquel momento. Pablo era lo que era, era un figurón de época y yo era un chaval que estaba comenzando. Y yo creo que Guillermo lo ocurre ahora lo mismo, un chaval que lleva poco tiempo, un chaval que apunta muy buenas maneras, que está dando tardes muy importantes y ojalá que siga por ese camino, que no se aburra y que podamos rivalizar muchos años.
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