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Daniel del Castillo
Lunes, 16 de septiembre 2024, 18:34
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Andrés Vázquez mantenía una gran relación de amistad con el director, actor y productor de cine americano Orson Welles, a quien le cautivó la fiesta de los toros y España. La fecha en la que torero y director se encontraron en Salamanca fue el 12 de septiembre de 1964, una Feria que se abrió con Zurito (que suplió a Diego Puerta), el propio Andrés Vázquez y Amadeo dos Anjos (que sustituyó a El Cordobés), además del rejoneador Ángel Peralta. El maestro de Villalpando cortó una oreja a su primero.
La Feria de 1964 también contó con una alternativa, la de José Luis Barrero, con Pedro Martínez 'Pedrés' y Santiago Martín 'El Viti', de padrino y testigo respectivamente. La plaza registró un lleno hasta la bandera. También tuvo a Paco Pallarés como novillero el día 15, que cortó dos orejas compartiendo cartel junto a José Fuentes y Andrés Torres 'El Monaguillo'. Enrique de Sena firmó la crónica para La Gaceta Regional: «La novillada ha sido la revelación de un torero salmantino. Pronto surgirá el «Pallaresismo», decía.
En la imagen de este reportaje se ve a Andrés Vázquez y a Orson Welles en la puerta del Gran Hotel de Salamanca, inaugurado en mayo de 1930 que se erigió como símbolo de modernidad, siendo un revulsivo de la vida social y cultural de la época. Además era el lugar en el que se alojaban los toreros en la Feria, y punto de encuentro para sellar acuerdos y contrataciones entre los profesionales taurinos durante todo el año y sobre todo en los intensos inviernos salmantinos. De entre las personalidades que se alojaron en sus habitaciones se encuentran Ava Gardner, Sofía Loren, Burt Lancaster... y el propio Orson Welles, aquella Feria.
Una de sus anécdotas más conocidas entre Andrés Vázquez y el popular cineasta fue cuando 'El Nono', como se conocía cariñosamente al maestro de Villalpando, llevó a Orson Welles a su pueblo de Tierra de Campos para comer un cocido en su casa, hecho por su madre en la chimenea. Al llegar al pueblo, lo confundieron con un picador y, tras la comida, le preguntó al torero por el baño, y este le señaló el corral. Al cabo de un rato, Andrés, preocupado, salió para ver que todo estaba en orden, y se encontró al director de cine remangándose los pantalones mientras le perseguían las gallinas que el matador tenía en su corral. Después, en cada tarde que se reencontraban le preguntaba si ya había educado a esos «malditos pollos» que tenía. Además se codeó con otras personalidades como Luis Miguel o Antonio Ordóñez, los nietos de éste, también toreros, ostentan las cenizas de Welles en la finca malagueña 'El recreo de San Cayetano'. Orson Welles se fue con la pena de que no viera la luz una película sobre Andrés Vázquez, uno de sus grandes proyectos.
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