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No era la primera vez que Kova participaba en el famoso programa de Cuatro 'First Dates' para encontrar a su compañero ideal, aunque no de cama, ya que la madrileña, concretamente de Perales de Tajuña, es asexual, algo que ya ha ahuyentado a más de una cita, como reflejaba el espacio televisivo con un flashback.
«Yo pensaba que iba a echar un polvo y ahora me voy a quedar con ganas», declaraba uno de sus acompañantes de cena en otra ocasión. Aun así, Kova no se da por vencida y, tras dos años en los que ha habido «mucho amor hacia ella misma», pero muy poquito compartido con otra persona, la rockera probaba suerte por tercera vez, por si esta fuera la vencida.
Carlos Sobera, el presentador, opinaba que a esta situación había que meterle «algo de ritmo» y, tras interrogar a la participante, descubrió que el hombre ideal al que atraparía Kova con sus encantos metaleros debía ser «uno del norte y con estilo heavy», ya que este género musical da «fuerza, lucha y humildad».
Aparte de la música, a la madrileña también le gustan el yoga, el senderismo y la brujería, pero, sobre todo, «las buenas energías». En resumen, Kova buscaba un metalero de buen corazón.
Su cita, Belisario, no venía del averno, sino de Salamanca. Se trataba de un hombre de 50 años, soltero, sin hijos, con los brazos tatuados y con una buena melena amarrada en una coleta, y, más importante, amante del heavy metal «desde los doce o trece años», cuando comenzó a escuchar a grupos como Barón Rojo, Ángeles del Infierno, Metallica o Megadeth.
El nombre tan peculiar del salmantino se lo puso su difunta madre para continuar con la saga de Belisarios que formaban su abuelo y su tío. Aunque él prefiere que lo llamen Beli, algo que despertó la curiosidad de Kova en un primer momento, que se confundió y le llamó Beni, para luego preguntar si el diminutivo procedía de Bélico.
Pero este traspié inicial pasó a un segundo plano cuando el charro reveló su origen, algo que a la madrileña le entusiasmó, exclamando: «Eso tira para el norte, ¡me flipa el norte!».
Tras brindar por el heavy, ambos se trasladaron a la mesa para cenar. Ella es más de rock clásico y él más de thrash metal; a ella le gusta la «movida brujil» y él piensa que todo eso «es una tontería». Parece que, por mucho que Kova intentase encontrar puntos en común con Beli, la parquedad en palabras del salmantino frenaba las pretensiones de la rockera por entablar conversación.
Los silencios incómodos, que invitaron a Beli a «inspeccionar el garito» con la mirada, propiciaron que Kova decidiese romper el hielo contando que ya era la tercera vez que visitaba el programa, que «era asexual» y que lo que de verdad le «pone es el rock and roll», ya que se considera un «ángel», pero del «infierno».
Tras confesar que creía en Dios «pero a su manera», Kova se sonrojó diciendo que hablaba demasiado, un contraste que parecía ser del agrado del charro, ya que él «habla muy poco», lo que le convierte en un hombre «misterioso» a ojos de Kova.
De hecho, ella admitió que se había llevado una grata sorpresa con él y que, cuando vio entrar al músico por la puerta, pensó: «¡Toma, yeah!», un asombro que buscó explorar un poco más en el karaoke al ritmo, nada más y nada menos, que de Alaska con el tema 'A quién le importa'.
Sin embargo, al ver al salmantino como un convidado de piedra mientras Kova lo daba todo intentando seguir, sin mucho éxito, la letra de la canción, quedó claro que todo aquello que no fuese heavy metal no le generaba especial entusiasmo, tal y como confesaba él mismo ante las cámaras.
Tras este peculiar momento musical, ambos 'disfrutaron', sentados cada uno en un sofá, de un largo silencio interrumpido por el salmantino con un «Pues bueno, chica».
Tras una cita protagonizada por el heavy metal como único tema de conversación y por largos silencios, llegaba la hora del veredicto final. Y es que, de la misma manera que a Kova le atrae la falta de actividad en la cama, parece que también le atrae la falta de palabras que caracteriza al salmantino, por lo que ella repetiría la cita con él, ya que, además, le había «parecido una bella persona» a través de lo que había podido descubrir con «lo poco que hemos podido hablar».
El salmantino, sin embargo, se animó en este caso a formular más de tres palabras seguidas para expresar que, aunque Kova le había parecido «una chica muy simpática y agradable», no había surgido «la chispa». Así que, después de un «¡arriba el metal!», Kova se volvía a casa sin encontrar el amor. Quizá deba regresar una cuarta ocasión al programa para probar suerte.
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