«Cuando salga voy a matar al primero que encuentre»: el reincidente de Ciudad Jardín, otra vez ante el juez

«Cuando salga voy a matar al primero que encuentre». La amenaza, cruda y directa, la lanzó M.N., un indigente conocido por sus múltiples antecedentes policiales y judiciales, mientras permanecía en los calabozos tras ser detenido el pasado año por enésima vez en la residencia universitaria abandonada de la avenida de la Merced, en Ciudad Jardín. Se trata de la antigua San Juan de Dios, un edificio ya derribado pero hasta hace no mucho tiempo convivían 'sintecho' que lo okupaban ilegalmente y donde se registraron múltiples y gravísimos incidentes. Hasta su derribo, allí se repetían los altercados, y M.N. fue protagonista de varios. Ahora vuelve a enfrentarse a la justicia por un nuevo quebrantamiento de la orden de alejamiento que tenía precisamente sobre ese lugar.

El Ministerio Fiscal lo acusa junto a otro indigente, R.E., de acceder al inmueble cuando ya se les había prohibido expresamente la entrada tras episodios anteriores de violencia. La petición de pena es de 18 meses de multa con cuota diaria de 10 euros para cada uno, lo que suma 5.400 euros en cada caso. Si no pagan, lo que parece más que probable al tratarse de dos personas sin recursos ni arraigo, la multa se sustituirá por días de arresto.

Según informan fuentes del caso a LA GACETA, la vista preliminar del caso ha sido fijada para el próximo 18 de junio en el Juzgado de lo Penal número 1 de Salamanca, cuando las partes tratarán de llegar a un acuerdo para no ir a prisión.

M.N., cuya trayectoria delictiva ha ido en aumento desde que se instaló allí junto a otro individuo apodado 'El Grandote', entre otros. Ambos fueron arrestados a finales del mes de diciembre de 2023 tras un asalto violento a otro 'inquilino' del edificio.

En aquel episodio y tal y como informó entonces este diario, el ahora acusado entró varias veces, forzó puertas, golpeó al residente y lo amenazó con un cuchillo para sustraerle pequeñas cantidades de dinero. La agresión llevó a su ingreso en prisión preventiva durante semanas, aunque poco después quedó en libertad provisional con la prohibición expresa de volver a acercarse al inmueble.

Pese a ello, el 7 de enero fue sorprendido de nuevo en el interior del edificio junto a R.E., violando la medida cautelar impuesta por el Juzgado de Instrucción número 2. La Policía Nacional intervino tras una llamada de alerta y, al proceder a su traslado, M.N. se mostró hostil, se autolesionó en los calabozos y lanzó amenazas como la que ahora sustenta parte de la acusación. Fue trasladado herido a disposición judicial, donde se le volvió a imponer la orden de alejamiento, esta vez reforzada.

No es el primer quebrantamiento ni la primera detención de M.N. en este contexto. El indigente subsahariano ha sido condenado en múltiples ocasiones no solo por lo ocurrido en Ciudad Jardín, sino también por robos, amenazas y desórdenes públicos. Aunque ha estado entrando y saliendo de prisión, su historial no se frena y la reincidencia es constante. Lo consideran una persona extremadamente conflictiva, sin domicilio fijo y con problemas de salud mental agravados por el consumo.

De hecho, tras su última detención por quebrantar el alejamiento de la residencia de Ciudad Jardín reconoció ante el juez de guardia que había incumplido la orden acudido a la residencia «porque tiene que dormir en algún sitio», preguntando que por qué se tiene que ir él de allí, «que se vaya el otro», llegó a decir al juez. Respecto a su actitud agresiva tanto antes como después de su arresto, pidió «que se pongan en su lugar, que estaba nervioso y por eso diría barbaridades».

En esta ocasión, la Fiscalía considera que los hechos encajan en un delito de quebrantamiento del artículo 468 del Código Penal. Aunque la pena es de multa, la previsión es que ambos acusados terminen cumpliendo prisión subsidiaria.

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