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Sábado, 20 de junio 2020, 09:52
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Navasfrías permanece en calma tensa desde que este lunes un varón, un francés de 46 años de edad afincado desde hace más de tres años en la localidad, fuera agredido brutalmente por otros dos vecinos del municipio, según ha denunciado el propio afectado en declaraciones a LA GACETA. Los agresores, asegura, son un padre y un hijo, afincados en la localidad y que trabajaron para él durante año y medio en una obra. Al parecer, molestos porque según ellos la víctima les debe dinero por su trabajo, este lunes le esperaron y mientras le insultaban la emprendieron a golpes contra él con un bate de béisbol: “Me han querido matar”, manifiesta.
La Guardia Civil dio aviso de la salvaje agresión en Navasfrías a las 13.38 horas de este lunes, los agentes solicitaban entonces asistencia para un hombre que presentaba una herida en la cabeza como consecuencia de los golpes. Hasta el lugar de los hechos se desplazó personal sanitario y dada la importancia de las heridas, se decidió su traslado en el Helicóptero Medicalizado al Hospital Virgen de la Vega.
Tal y como denuncia el agredido, Ángel Francisco Molinero, de ascendencia salmantina aunque nacido y residente durante 42 años en Francia, ese lunes se había desplazado a Fuente Guinaldo para denunciar otra agresión, aunque en este caso a un perrito que tiene por parte de dos mastines que andan sueltos por el pueblo: “Me lo destrozaron, el jueves le operan para quitarle un ojo”, señala. Los agentes de Fuente Guinaldo le indicaron entonces que tenía que denunciar en el Puesto de Navasfrías por ser su lugar habitual de residencia, así que allí acudió.
Cuando salió del Cuartel de Navasfrías, en la calle La Paz, y según asegura delante mismo de los agentes: “El padre y el hijo vienen para mí con un bate de béisbol a destrozarme”.
Según explica fue el hijo, de 33 años de edad, el que portaba el bate y le propinó múltiples golpes por el cuerpo al tiempo que le insultaban y le decían que le iban a matar, llegando a intervenir su madre para intentar que parara, a lo que el chico respondió a la mujer: “¡Está loco!, era él o yo”.
Como consecuencia de la violenta agresión, Ángel quedó malherido en el suelo y mientras que los agresores fueron detenidos en el mismo momento por los agentes de la Guardia Civil, el varón fue atendido inicialmente por el personal de emergencias y a continuación trasladado en helicóptero hasta el Complejo Asistencial de Salamanca.
“Me han untado varias veces”, manifiesta indignado y señala que desde el día de la agresión no ha vuelto a ver a los autores, que cree que no están en al localidad.
Según señala, en cualquier caso, tras el arresto del padre y el hijo, el juez les ha impuesto una medida de alejamiento, tanto a los arrestados como al afectado, que les impide aproximarse a menos de 100 metros de distancia. Y es que, señala Ángel, nada más ser detenidos y cuando estaban en el cuartel, ambos le denunciaron también a él porque, manifestaron, “en la obra les había maltratado y les había amenazado incluso con quemarles la casa”, hechos que Ángel niega.
Ahora el varón, ya jubilado y que tiene otra casa en Campillo de Azaba donde pasa gran parte de su tiempo, se recupera de las heridas sufridas, las más aparatosas en la cabeza -donde tiene al menos dos brechas con grapas como se ve en las imágenes aportadas- pero también por el resto del cuerpo, especialmente en las rodillas.
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