La mujer que quemó su casa de Salesas porque “escuchaba voces” pide perdón y asegura que estaba “borracha y medicada”
El juicio ha quedado visto para sentencia y la Fiscalía ha mantenido su petición de un máximo de 15 años de internamiento
Viernes, 21 de febrero 2020, 12:02
Quemó su casa de la calle Conde Caburrús en el barrio de Salesas porque quería “huir de los recuerdos” y “escuchaba voces”. Esto sucedió en marzo de 2018 y este viernes ha tenido lugar el juicio en la Audiencia Provincial de Salamanca. La acusada, M.B., —una marroquí de 44 años y con problemas mentales diagnosticados— ha reconocido los hechos y ha asegurado que en el momento del incendio estaba “borracha y medicada”. “Empecé a escuchar voces que me decían que quemara la casa para borrar los problemas y no es así porque los problemas se solucionan, no se queman”, ha asegurado. La acusada ha reconocido que actualmente “se encuentra mejor” porque está siguiendo “una nueva pauta psiquiátrica”.
Los forenses han insistido en su declaración que la acusada “tenía limitadas sus capacidades cognitivas y volitivas”, pero por lo que han escuchado durante el juicio “parece que está mejor”. No obstante, aseguran que lo mejor es que “siga ingresada”. Han recordado que tiene diagnosticada una esquizofrenia con trastorno de personalidad por lo que necesita un tratamiento que requiere además su internamiento. “Debería de ser superior a tres años y luego tener un control de manera ambulatoria. Cuanto más tiempo, mejor”, han asegurado los forenses. Se trata además de una enfermedad crónica que, cuando entra en escena el alcohol, las drogas o la falta de medicación, provoca que el paciente se desestabilice.
El fiscal se ha basado en el informe de los forenses para pedir un máximo de quince años de internamiento “primero para evitar hechos semejantes y, segundo, en beneficio de la propia procesada”. “Si la dejamos a su libre albedrío puede ocurrir que vuelva a beber o a drogarse y se produzca algo similar”, ha asegurado. Por su parte, la defensa dice que el tiempo de internamiento no debería ser superior a diez años.
En su último turno de palabra, la acusada ha dicho que pide perdón a los dueños de la vivienda. “No lo he hecho a propósito. Estoy arrepentida”, ha afirmado. El juicio ha quedado visto para sentencia.